Escrito originalmente en el 2005. Periodismo digital desde Colombia.
¿Cómo pensar la relación tecnología-cultura desde un ámbito de acción como el periodismo?
“Las sociedades de fin de milenio conviven y dependen de los medios y tecnologías comunicativas en grados cada vez mayores. Lo que significa que el uso de esos medios y tecnologías ya “casi” no es opcional, sino necesario. Y es así, no para añadir algo a la actividad y capacidades humanas, mejorarlas o distinguirlas, sino simplemente para poder llevarlas a cabo”. Estoy de acuerdo con estas palabras de Guillermo Orozco Gómez, sencillamente porque esa es nuestra cotidianidad, tanto que aquellos que no están en esta tónica se les considera analfabetas digitales o individuos obsoletos para la sociedad.
Estamos rodeados de los más diversos avances tecnológicos a pesar de que vivimos en un contexto categorizado como tercer mundista. Precisamente para vivir el día a día debemos dominar el uso de esas tecnologías tanto en la técnica de manejarlos como en la tecnicidad para interactuar con estos.
En ese desarrollo constante de las tecnologías surgen las TIC’s, tecnologías de información y comunicación, que por primera vez en toda la existencia de la humanidad, todos nos convertimos en emisores y receptores instantáneos de mensajes, lo cual repercute hondamente en nuestros patrones culturales. Se transforma así de manera radical el papel de los medios de comunicación, pues a partir de ahora, ya no son los únicos dadores de mensajes, sino que todos los individuos de la sociedad también se han convertido en potenciales emisores y receptores sin que los tradicionales medios de comunicación tengan que ser necesarios en ese proceso.
Es innegable que Internet se ha convertido en un hipermedio, ya que por su misma naturaleza puede contener a los demás medios restantes, en si mismo, y aunque no es el más masivo aún, su influencia es de enormes proporciones y continúa creciendo.
Esto ha traído consigo todo tipo de consecuencias a nivel cultural. Están los sitios web personales, los blogs, los foros, los chats en sus diferentes modalidades, el correo electrónico, etc. Todos estos nos han permitido dar vía libre para expresar lo que sentimos, lo que pensamos, lo que queremos, lo bueno y lo malo que hay en nosotros. En esta “libre expresión” que se sucede en internet (libre entre comillas porque sabemos igual que no hay una libertad absoluta en la web), muchos ciudadanos se han convertido a sí mismos en fuentes de noticias, en periodistas, fotógrafos y editores, desplazando el papel fundamental y tradicional de los medios de comunicación.
Todo esto desemboca, como ya comentaba anteriormente, en una transformación radical del papel de los medios de comunicación en esta época. Estos siguen siendo los informadores por excelencia pero ante esta perspectiva se plantea una responsabilidad social con alto impacto cultural. Esa nueva responsabilidad consiste en que ante tanto desboque de información, los medios deben ser más rigurosos en cuanto a la información que producen.
Me explico, ya los medios no tienen el poder que solían tener para manipular ampliamente la información, sin grandes repercusiones para ellos mismos, ahora, deben enfatizar y cuidar mucho su papel como editores, ya no es más la mera emisión de noticias, ahora es la profundización e impacto de la misma.
¿Dónde radica el impacto cultural? Yo lo veo en el hecho de que los ciudadanos en medio de tanta información que los ahoga, buscarán un punto en donde depositar su confianza, de considerar como cierta la información que está recibiendo y por lo tanto, recurrirán a los medios de comunicación, y ellos deberán estar preparados para decantar toda la información que circula, es decir, para asumir de una forma mucho más preponderante, su rol de super editores.
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