Reflexión a partir del tercer ensayo de Berger

Escrito originalmente en el 2002. Espero les resulte de utilidad.

Reflexión a partir del tercer ensayo de Berger

Lo que plantea Berger con respecto a los roles sociales que juegan los hombres y las mujeres es cierto, tal como él lo resume “Los hombres actúan, las mujeres aparecen”. Desde ese punto de vista, aparentemente a las mujeres les ha correspondido el rol más fácil, el más acomodaticio, ya que es el hombre quien hace todo, es el que trabaja para llevar el pan a la casa y ella lo espera en el hogar. Sin embargo considero que es un rol que en muchas sociedades ha venido revaluándose, por ejemplo, en Francia las mujeres que son madres y que a la vez llevan una vida profesional son privilegiadas por el Estado para evitar que su rol materno aniquile su trabajo, es decir, que ya la mujer puede asumir roles de actuación tal como los hombres, al punto de que en puestos de trabajo donde se manejan altos niveles de stress las mujeres han salido mejor libradas a la hora de tomar decisiones.

En otras palabras quiero decir que esta separación de roles ha venido disminuyendo con la entrada de la mujer en el campo laboral, no es que haya desparecido porque en algunas profesiones se puede notar el trato especial que recibe el hombre o el hecho de que haya carreras que sólo las estudien mujeres, pero de todas formas considero que hemos sido muchas la que hemos superado esas etapas de sumisión, el de sólo aparecer, para comenzar a ser hacedoras de nuestras vidas.

Pero en esta reflexión no trato de tomar partido por el lado feminista ni tampoco por el lado masculino, sino sencillamente reconocer que lo que él plantea es cierto, que ha estado en apogeo desde que la religión cristiana lo instauró a sus feligreses a través de la Biblia y que por ende se vio reflejado en el arte debido a que éste es una forma de expresión humana, y finalmente, que son situaciones que se han empezado a superar.

Por otro lado, ya ahora si hablando de las obras de artes donde las mujeres aparecen desnudas como objetos para la vista y deleite de espectadores esencialmente masculinos, el autor plantea una serie de reflexiones sobre el tema que me parecieron muy interesantes pues personalmente nunca había visto de esa forma los desnudos femeninos.

Algo que me llamó la atención es lo que plantea el autor con respecto al vello púbico o monte de venus de las féminas en los cuadros, el decía que el no aparecer significaba sumisión por parte de la mujer, que quien sentía el placer al tener sexo era él y no ella, pero cuando empiezan a aparecer mujeres con vello púbico es porque la mujer también tiene deseo, pasión y puede sentir igual que el varón al llegar al momento del clímax, es decir, que el orgasmo ya no está destinado a él sino es para ambos, entendí pues porque el cuadro “El origen del mundo” de Gustave Coubert contiene tanta carga erótica y había captado mi atención, porque interpreto que en esta obra claramente se refleja la pasión y el deseo de la mujer, además el reflejo del deseo masculino de que la mujer tenga un papel dinámico a la hora del acto sexual.

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