Los dejo con otro de los artículos publicado en la revista Impronta, junio – diciembre 2009, ejemplar que obtuve en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Es una entrevista con otro protagonista del panorama editorial independiente en Colombia.
Ícono Editorial
Después de haber trabajado durante casi veinte años en grandes grupos editoriales, Gustavo Mauricio García decide crear una editorial independiente. La autonomía, el poder de decisión editorial y su concepción de libro como objeto de gran valor estético, fueron algunas de las razones por las que Gustavo Mauricio le apostó a crear su propia empresa, Ícono Editorial. Hoy es el Presidente de la Red de Editoriales Independientes de Colombia.
Impronta habló con este editor, poeta, fotográfico, filósofo y literato de la Universidad de los Andes y autor del libro de poesía “como el pan”, publicado en 1999.
- ¿De dónde surge la idea de crear Ícono?
La idea de crear Ícono es producto de toda una vida de trabajo en editoriales. Desde que estaba en la universidad publicaba en la revista y me interesaban los procesos editoriales. Luego, en el grupo Editorial Norma de Carvajal S.A, trabajé nueve años; en Círculo de Lectores estuve siete y en Santillana alrededor de tres años. Después de estar trabajando en el Grupo Santillana y haber remontado el sello Aguilar –ya no con respecto a la literatura clásica y libros de cuero que era la anterior versión, sino como sello periodístico y de interés general de no ficción- me surgieron las ganas de montar una editorial independiente, a raíz de sentirme capaz de hacerlo.
- ¿Hace cuántos años empezó Ícono?
Hace un poco más de cuatro años. La editorial empezó gracias a un amor absoluto por los libros, no sólo porque su contenido sino por su valor estético, como si cada libro fuera una obra de arte.
- ¿Fue muy difícil la decisión de dejar un trabajo estable para comenzar esta nueva iniciativa?
Yo creo que finalmente todo editor, así sea empleado de una empresa grande, siempre tiene el fantasma de querer montar su propia editorial. No sé si pasará con todas las carreras, pero uno siempre quiere tener algo propio para definir muchas cosas que sólo puede definir el propietario. La decisión la tomé al sentirme capaz de ser dueño –antes podía querer hacerlo pero no me sentía capaz-. Ya cuando se juntaron las dos, el querer y el poder, ahí sí decidí mandarme al mercado abierto independiente y duro. Pero es mucho más duro de lo que yo imaginaba.
- ¿Ícono comenzó solo? ¿O usted tenía un equipo?
Yo comencé solo. Y así duré como dos años: cargando cajas, distribuyendo, recibiendo pedidos y ofreciendo libros. Ahora tengo una persona que me ayuda en la distribución y hace poco entró otra que me ayuda en la parte administrativa, está leyendo libros y dándome conceptos, y yo tengo que revisar lo que él hace. Hay otra persona que me está ayudando –a manera de pasante- en el proyecto específico de una revista. Aparentemente todo se ve muy bonito pero económicamente es muy difícil. Financieramente es inmanejable.
- ¿Qué edita Ícono?
Literatura, crónica, reportajes, libros de no ficción. Desde el inicio la idea era acoger ciertos temas no publicables en otras editoriales grandes, ya que éstas tienen intereses primordialmente comerciales. Además de temas diferentes, también quería trabajar con autores a quienes no prestaran atención las grandes casas editoriales, pero había un problema: inicialmente yo pensé que esos autores que podían tener ciertos vetos se iban a venir con nosotros, y resulta que no. Terminan negociando con las grandes editoriales, se acomodan a las circunstancias.
- ¿Cómo ve el papel de las pequeñas editoriales en el mercado del libro colombiano?
Es muy importante porque cumplen una labor de “bibliodiversidad”. Además, éstas tienen la posibilidad de publicar libros que otras editoriales no publican, ya que tienen otros intereses que no son necesariamente los mismos de las editoriales grandes –estas últimas definen si un libro se publica o no pensando primero en si es negocio, y después en la calidad-. Además, en las grandes editoriales las decisiones son tomadas por editoriales extranjeras, así tengan empresa en Colombia. Este es uno de los puntos que define la independencia de una editorial: si es independiente, tomará las decisiones besándose en sus propios principios; por decir algo, una editorial española no toma necesariamente las decisiones acá, siempre se está supeditado a un grupo más grande y las editoriales colombianas, por lo general, pertenecen a grupos que no son editoriales. Norma por ejemplo, pertenece a Carvajal que vende formas continuas, muebles, computadores y tiene una esquinita que también se llama “Editorial Norma”, entonces si en Norma se quiere vender algo no es que diga “yo me quiero vender” sino que Carvajal dice “la vendemos”. Otro ejemplo de ello lo constituye librerianorma.com, siendo al comienzo un portal de Internet que vendía sólo libros, ahora incluso ofrece manteles. Por último, Panamericana: pertenece a un grupo papelero y sólo falta que vendan frutas. Digamos que van desvirtuando el sentido de la literatura, de los libros en general y se va volviendo algo puramente comercial.
- ¿Qué debe hacer un autor para que su obra sea publicada por Ícono?
Una obra buena. No necesariamente de un tema específico, porque he publicado libros de arte, de fotografía, novelas, ensayos, crónicas, de todo.
- ¿Manejan los libros por colecciones?
Se pueden agrupar por temas, pero no. Hay dos colecciones, aunque no tiene que presentarse ahí. La primera es lo del mundo según un autor, El mundo según García Márquez, según Margarite Yourcenar, según John Lennon, etc.; y la otra es El tango en sus propias palabras, El boleto en sus propias palabras, que son libros de frases, pero organizados como diccionarios. Esos dos grupos obedecen a un esquema de colección porque tienen una titulación similar, un cabezote similar, pero no más.
- ¿Llegan muchos manuscritos originales?
Si. Antes llegaban menos, pero a medida que la gente va conocimiento la editorial, más autores se interesan. Yo soy quien decide en definitiva qué se publica y qué no, después de que ha pasado por correctores, lecturas y autores.
- ¿Cómo distribuyen los libros?
Lo hacemos nosotros directamente con la persona que me está ayudando, quien trabaja dentro de la editorial, y se distribuyen en todas las librerías del país.
- ¿Tienen los libros en bibliotecas?
Bibliotecas como la Luis Ángel Arango y la Biblioteca Nacional han comprado nuestros libros. Además, hay que hacer un depósito legal en la Universidad Nacional, Biblioteca Nacional y Biblioteca del Congreso. Lo demás es esperar a que las bibliotecas, dentro del Plan Especial de Bibliotecas, hagan compras.
- ¿La impresión la hacen ustedes?
Tenemos varios impresores, pero normalmente trabajamos con uno sólo: Editorial Nomos. A nivel de producción los conozco hace muchos años y por eso no tuvimos que seguir las típicas etapas de papeles para la financiación. La persona que trabaja allí sabía que si yo le entregaba un libro se lo iba a pagar, por eso no tuve que entregarle una carta de crédito abierta.
- ¿Cómo se ha posicionado Ícono dentro del mercado editorial?
Yo empecé con mucha fuerza porque la idea era convertirme en una empresa que tuviera salida rápidamente. Pero me di cuenta de que la competencia en difícil, y si uno se pone a jugar en grande tiene ventajas y desventajas. En mi caso son más las desventajas, Por ejemplo, cuando uno está empezando y saca un libro, cuenta con ayuda de los libreros y de la prensa; pero a medida que uno va creciendo, la situación se va complicando porque ya no se es el novato sacando un libro que simpatiza a la gente por haberlo logrado, sino que ya hay más títulos. Entonces se empieza a requerir más espacio en la librería, pero no se leva a dar más espacio a una pequeña editorial que vende menos que las otras. Se vuelve más difícil el acceso a sitios buenos en las librerías, dentro de los periódicos y los canales de televisión.
- ¿Cuál es el trabajo publicitario?
Depende del libreo. Hacemos presentaciones y la prensa sigue reaccionado, aunque la sostenibilidad la garantiza la calidad de los libros que publica Ícono.
- ¿Qué distingue a Ícono de otras editoriales?
En cuanto a la calidad física nada, si se compara con la grandes. Un libro de Ícono, al lado de uno de Santillana o Planeta, tiene la misma calidad porque yo tengo ese esquema. Si pude hacerlo bien en Aguilar, entonces ¡por qué no habría de hacerlo bien en Ícono! En cuanto a contenidos, estas colecciones son inventadas por mí; de esta forma, son libros que sólo tiene Ícono. Sin embargo, creo que la verdadera diferencia radica en los criterios no comerciales, en apostarle a gente que es buena, independientemente de que se venda mucho o no. La tragedia de esto es que somos los más débiles financieramente. Hay que ir combinando las cosas: sacar libros que sean comerciales, y sacar otros que lo sean tanto.
- ¿Cómo es la relación editor-autor?
En muy cercana. Además, no ponemos un libro en remate a los meses, como están haciendo ahora las grandes editoriales: si un libro no se vende en dos meses, al tercer mes se encuentra botado a tres pesos. La idea es que se respete al autor y se mantenga una buena relación con él.
- ¿Cómo ven el futuro editorial en Colombia, con relación al libro digital y las ventas por internet?
Yo creo que hay que amoldarse. Dicen los que son expertos en el asunto que el libro de papel no va a desaparecer, sino que va a convivir con el digital. Puede que ciertas clases de libros desaparezcan como, por ejemplo, los libros de referencia como diccionarios y las grandes enciclopedias. ¿Para qué voy a tener una enciclopedia de cincuenta tomos si puedo buscarla en Google? Este tipo de libros creo que están condenados a desparecer.
- ¿Ustedes se han visto afectados por esto?
Nosotros nos hemos visto afectados permanentemente por todo, y cuando uno no tiene mucho, la pérdida no se nota tanto. Han sacado muchos formatos digitales que son muy parecidos al libro y esto sí puede afecta. Si uno va a tener un computador que puede poner en la cama y leerlo como si fuera un libro, lo único que va a cambiar es que uno no pasa una página sino que oprime un botón. No es que desaparezca el libro sino que cambia el sustrato del mismo. El libro no va a estar en papel sino en otros formatos, pero con las mismas funciones e información. También requiere un editor porque no es cualquier información, sino que hay que organizarla, diseñarla, etc.
- ¿Ustedes han pensado en incursionar en el mercado del libro digital?
Si, todo eso tiene un proceso. Por ejemplo, habilitaremos ventas por Internet a través de nuestra página web, aunque la REIC ya tiene esa opción y tiene todos nuestros libros. Yo he vendido dos libros con discos, es otra manera de empezar a trabajar en el mercado: no es sólo el texto escrito, sino el texto más un CD. Después se puede pensar en un texto más un DVD o en una sola descarga. Por ahora, el mercado del libro digital no está maduro en Colombia ni en el mundo de habla hispana.
- ¿Cómo es la relación entre editoriales independientes y la REIC?, ¿es de apoyo, o hay competencia?
Por lo general no son competencias. Tenemos una participación en el mercado que tiene que crecer. Hace falta mucho para que lleguemos a competir entre nosotros. La competencia nuestra ni siquiera es con editoriales sino con espacios, puesto que uno no compite con Planeta o con Alfaguara, sino por el espacio que tienen otras editoriales en las librerías y en la prensa.
- ¿La REIC ha sido de ayuda para ustedes, ha fortalecido el papel de la editorial independiente?
Ha sido buena para entender que esto no es sólo comercial. Que no solamente se trata de unirnos para pelear más fuerte por espacios o por lograr compras en bibliotecas –aunque esto también sea importante ya que todas las editoriales tenemos que tener en cuenta que hay una compra muy grande que hace el gobierno para las bibliotecas-. La Red ha servido mucho para tener una voz importantes cuando hablamos en una biblioteca sobre las compras. Es distinto ir de una editorial pequeña a hablar con la directora de la Biblioteca Nacional para que compre unos libros y nos tenga en cuenta, a ir 27 editoriales mediante un gremio y decirle: “todos somos colombianos, todos estamos trabajando por esto, ténganos en cuenta”. También nos ha enseñado a tener en cuenta que nosotros estamos defendiendo el producto nacional, al autor nacional. Esto va más allá del interés comercial.
- ¿Ícono publica solamente autores colombianos?
Hasta el momento, sí.
- ¿Qué repercusión han tenido en el mercado internacional?
A la REIC ya la están invitando a muchas ferias del libro internacionales. Hemos mandado el catálogo que hicimos a media humanidad y ya nos conocen como la Red de Editoriales Independientes; nos asociamos con la Alianza Internacional de Editoriales Independientes y hay muchas cosas que se han hecho por fuera. El problema es que nos tocó una época en la que el mercado internacional está cambiando. Ya la gente no quiere tanto importar como comprar derechos, para lo cual deben tener el libro en la mano porque tiene que conocerlo antes de comprarlo. Esto implica hacer envíos de muestras, y eso ya es más difícil.
- En definitiva: ¿prefiere sacrificar estabilidad financiera por ser independiente?
Sí. Lo que yo quiero es poner a producir la editorial. La inestabilidad financiera es una consecuencia de los que estoy haciendo ahora. El reto para mí es volverla financieramente estable porque el desafío de las editoriales independientes es mantenerse. No sacamos nada con abrir editoriales que se quiebren. Para evitar esto, tenemos que hacerlas viables económicamente.
- ¿Ya encontraron el punto de equilibrio?
No. Lo que me preocupa, de eso es que generalmente los puntos de equilibrio no se encuentran en el negocio editorial en sí mismo, sino en otros servicios. Muchas de las editoriales independientes acuden a hacer servicios editoriales que si bien están relacionados con el tema editorial, no hacen parte del desarrollo del ejercicio. No se sostiene por ventas de los libros ni por una buena posición en el mercado, sino porque el editor empieza a prestar servicios que ya sea para una universidad o para una empresa. Como negocio, es muy difícil tenerla establecida, y eso es lo que estoy intentando hacer. Quiero llegar al punto en el que Ícono se sostenga porque tiene buenos productos editoriales, porque vende y porque tiene salida, no porque yo tenga otro trabajo y los que gane ahí lo invierta en la editorial. La editorial debe ser autosuficiente para que tenga futuro.
soy escritor, poeta, deseo saber si puedo publicar con ustedes mi proximo libro de poesía, en espera de su amable respuesta.
Estimado Luis Hernando, para contactar a Ícono Editorial ingresa a http://www.iconoeditorial.com/contactenos.html