En una entrada de marzo les comentaba acerca de Andrea Chapela, una estudiante mexicana escritora de varios fanfictions de Harry Potter y que gracias a ellos había obtenido un contrato editorial con Ediciones Urano para publicar una tetralogía.
Sin embargo, Andrea no ha sido la única latina que ha vivido esta experiencia. Hace tres años fue el turno para la chilena Francisca Solar, quien en ese momento era estudiante de periodismo de la Universidad de Chile.
Francisca se había iniciado en el mundo de la escritura creativa años antes escribiendo fanfictions sobre los Archivos X. En el 2002, a la edad de 21 años, ella escribió un nuevo fanfic esta vez basado en la saga de Harry Potter, titulado “Harry Potter y el Ocaso de los Altos Elfos” el cual fue publicado en el 2003, inicialmente en Fanfiction.net y posteriormente en Fanfics.cl. Este fue considerado por ella como una continuación de la saga ubicándose después de “Harry Potter y la Orden del Fénix” y contó con 756 páginas distribuidas en 33 capítulos.
En sus declaraciones al periódico El Universal (Venezuela) en el 2005, dijo “La decepción (después de leer la Orden del Fénix en inglés) fue tal que junté en mi cabeza todos los baches, todo lo que encontré que estaba mal hecho, lo que encontré que no estaba bien explicado, y de alguna forma fui armando en mi cabeza como debería haber sido y como arreglarlo en un próximo libro”. Así mismo, ese año anunció la continuación del fanfic bajo el título “Harry Potter y el Acertijo de Runespoor” el cual al parecer nunca llegó a publicarse.
“Harry Potter y el Ocaso de los Altos Elfos” alcanzó a tener más de 25 mil lectores y 80 mil páginas vistas los que llamó la atención de la editorial Random House Mondadori quien le ofreció un contrato editorial para escribir una pentalogía, de la cual, en el 2006, salió el primer volumen titulado “La Séptima M”. Esta obra, enmarcada en la literatura de ciencia ficción y basada en hechos reales, ha sido traducida a cuatro idiomas. Cuenta la historia de la detective forense Sophie Deuters a quien se le asigna investigar los extraños suicidios de seis jóvenes en Puerto Fake y que en sus cuerpos llevan tatuada una M. Adicionalmente Francisca ha publicado otro libro, “Igual a mi, distinto a ti” dirigido a niños y bajo el sello editorial SM Ediciones.
En el lanzamiento de “La Séptima M” en la Feria del Libro en Alemania en el 2007, Francisca declaró a la BBC “Todas las cosas que sé sobre literatura, sobre escribir, las aprendí en el mundo del fanfiction. Se lo debo todo”. Declaraciones similares hizo meses antes en el lanzamiento del libro en la Universidad del Chile, donde compartió su experiencia como escritora y destacó la importancia del fanfiction en su carrera literaria, “el fanfiction es mi escuela” dijo.
Precisamente son dos aspectos los que quiero destacar en este artículo. Primero, el fanfiction como ejercicio de la escritura creativa. El fanfic nos permite, respetando los derechos de autor, tomar elementos ya creados de la obra de otro con la idea de entrenarnos en el oficio, y una vez culminada esta etapa, empezar a componer nuestras propias historias. Y segundo, el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación como plataforma para divulgar nuestro trabajo. Las experiencias de Francisca y Andrea son solo ejemplos de los cuales nos podemos inspirar para conseguir lo que queremos, que el mundo lea lo que tenemos que contar.
Muy interesante… me fascinaría poder escribir fanfics… qué me recomiendas para comenzar?
Hola Manolito, precisamente ese tema es una de las entradas que tengo pendiente por publicar jejeje… :P
Si dice que aprendió todo lo que sabe escribiendo fanfics, ergo leyendo fanfics, no se puede esperar gran cosa de la novela de esta muchacha.
De hecho hay muchos clichés y taras que se pueden adquirir escribiendo y leyendo fanfics. Le hubiera resultado más útil leer literatura.
Por eso tenemos a una novela que parece transcripción de un episodio de Los Expedientes X y un fanfic soporífero que gustaba solamente a las quinceañeras más ñoñas. Por suerte ellas crecieron.