¿La muerte de Ranma? Parte 1

Escrito en el 2000 ha sido el fanfiction más largo que he escrito, ya que está compuesto por dos partes. “¿La muerte de Ranma?”  es una historia que podría estar incluida como un capítulo del manga o del anime y no tiene ninguna relación de continuidad con los mismos.

Akane ha tenido una pesadilla donde ve a Ranma despidiéndose de ella y cayendo desde un peñasco. Ranma tiene planeado ir a entrenar a las montañas y no cree en el sueño que ha tenido Akane. Para tranquilizarla le pide que vaya con él, sin embargo, algunas veces, los sueños pueden cumplirse literalmente…

Pueden encontrar los primeros cuatro fanfictions en estos enlaces: “¡Al rescate de Ranma!“, “Vuelve y juega la Rosa Negra“,  “Shampoo y Ranma vs Ryoga y Akane” y “La canción de los amores perdidos“.

Para saber más sobre Ranma 1/2, visita este enlace.

Que lo disfruten.

¿La muerte de Ranma? Parte 1

EN ALGÚN LADO…

Ranma caminaba por el boscoso sendero, tapizado de unas extrañas flores, sin prestarle atención a sus gritos. Akane desesperada corría tras él tratando de alcanzarlo, pero por más que lo intentaba, Ranma siempre se alejaba.

-¡Ranma, detente!- gritaba ella a todo pulmón, pero Ranma seguía caminando por esa estrecha vereda directamente hacia el precipicio. Cuando llegó al borde se detuvo y volteó hacia atrás, vio a Akane con lágrimas en sus ojos aún intentando infructuosamente detenerlo. Akane se detuvo abruptamente, mientras su corazón latía desenfrenadamente.

-Akane… adiós…- dijo Ranma y volvió su mirada hacia el vacío del precipicio y dio un paso más, cayendo de la montaña.

-¡NOOOOOOOOOOOOOO! ¡RANNMAAAAA!- exclamó profundamente herida Akane, mientras sentía su corazón constreñirse ante la realidad…. Ranma había muerto.

Akane despertó horrorizada, estaba más fría que un cubo de hielo y gruesas gotas de sudor rodaban por su frente. Se sentó en la cama jadeante, tratando de respirar, mientras su corazón latía muy rápido y muy fuerte como si quisiera salirse de su pecho.

-¡Que pesadilla tan horrible!- exclamó ella -¡Ranma!- reaccionó angustiada rápidamente y un gesto de preocupación se dibujó en su rostro.

Apartó la colcha que la arropaba y tomó un poco de aire, se puso unas sandalias y caminó hacia la puerta. La abrió sigilosamente, tratando de hacer el menor ruido posible y se dirigió de puntillas hacia la habitación de Ranma.

Al llegar corrió con mucha cautela la puerta y entró sin hacer ruido. Ranma dormía a pierna suelta. -Menos mal…- exclamó más tranquila para sus adentros, respiró profundamente y caminó hacia él. Dormido de medio lado, con su camiseta blanca, su bóxer amarillo con líneas azules y arropado tan sólo en el abdomen, Ranma no sintió la llegada de Akane.

Akane se sentó a su lado y lo observó por largo rato.

-Vaya…- comentó divertida para sí misma -Su trenza no se desarma ni aún cuando duerme…- dio un suspiro de tranquilidad -Me alegra que sólo haya sido una pesadilla…- sonrió tiernamente y tomó la sábana que lo medio arropaba y lo cubrió del pecho a los pies. Volvió a mirar fijamente su rostro y sonrió nuevamente -Pareces un ángel….- susurró. Entonces se levantó e igualmente de puntillas caminó hacia la puerta, pero de pronto un sonido agudo retumbó por toda la habitación, Ranma despertó sobresaltado y Akane se congeló.

-¡JA!- exclamó Ranma -¡Funcionó mi trampa contra usted maestro Happosai!

Akane miró al piso y vio la alarma que Ranma había construido para alertarse de las visitas nocturnas del viejo libidinoso.

-¡Diablos, la olvidé por completo!- se dijo enojada a sí misma -Hmmm…no me queda otra alternativa…- entonces en voz alta dijo -No soy el maestro Happosai.

-Esa voz…- se extrañó Ranma al escucharla -¡Akane!!!! ¿qué haces aquí?- preguntó sorprendido.

Delatada su presencia, a Akane no le quedó más remedio que regresar al lado de Ranma, así lo hizo y se sentó a su lado.

-Sólo vine a ver como estabas, no vayas a pensar otra cosa…- dijo ella.

-Akane… ¿qué haces en la habitación de un hombre cuando este duerme y a la mitad de la noche?- preguntó Ranma en tono que rayaba lo pícaro y malhumorado.

Akane desviando la mirada para evitar los inquisitivos ojos de Ranma respondió -Ya te lo dije… vine a ver como estabas…

-No entiendo…- dijo Ranma confundido -¿Cómo así que viniste a ver como estaba?

Akane volvió a mirarlo, dos grandes ojos azules trataban de hallar respuesta ante su sorpresiva visita nocturna. Akane prefirió refugiarse y clavó la mirada en el piso.

-Es que tuve una pesadilla y sólo quería saber si estabas bien…- dijo tímidamente.

Ranma sonrió maliciosamente y esbozó una sonrisa pícara -Acaso soñabas conmigo, ¿eh Akane?

Akane dándose cuenta de la intención de Ranma frunció el ceño y enfrentó sus ojos -¡No idiota!- le dijo ásperamente -¡Fue una pesadilla!

-Entonces, ¿te preocupaste por mi?- volvió a tentarla Ranma.

-Hmmmm…- murmuró ella enojada -¡Ya me voy!- exclamó. Se levantó rápidamente, se dirigió hacia la puerta y la abrió, pero cuando se disponía a salir…

-Espera Akane, ¿a dónde vas?- exclamó Ranma.

-A tomar un poco de leche…- respondió ella sin mirarlo.

-Espérame, voy contigo…- dijo Ranma y se levantó.

Ambos salieron de la habitación y bajaron las escaleras en dirección a la cocina.

Akane abrió la nevera y saco un bote de cartón.

-¿Quieres un poco tu también?- le preguntó a Ranma que estaba recostado en un costado de la entrada de la cocina.

-Por favor…- respondió él amablemente.

Akane vertió la leche en una pequeña olla y encendió el fuego en la estufa.

-Dime Akane…- preguntó Ranma curioso -¿Qué soñaste?

La leche se calentó muy rápido y ella la retiró del fogón, la abanicó un poco para que se refrescara y luego la sirvió en dos tazas. Las tomó por las orejas y se acercó a Ranma, le dio una y salió de la cocina en dirección a la sala.

-Dime Akane, ¿qué soñaste?- insistió Ranma mientras caminaba tras ella.

-Soñé con tu muerte Ranma…- respondió Akane secamente.

Ranma se detuvo y sintió un escalofrío que lo recorrió de la cabeza a los pies. En su rostro se dibujó una gesto de desagrado y le dijo -¿Realmente soñaste con mi muerte?

Akane caminó hasta la sala, corrió la puerta que conduce al corredor que está frente al jardín y la luz de la luna inundó al lugar. Akane se sentó en el piso y empezó a tomar su leche lentamente. Ranma la alcanzó y se sentó al lado de ella.

-Cuéntame Akane… ¿qué sucedía en tu sueño?- le insistió nuevamente.

Akane miraba hacia el cielo, realmente era una noche hermosa, habían muchas estrellas brillantes en el cielo y la luna iluminaba más que nunca. Tomó un sorbo de leche y comenzó.

-Caminabas por un sendero en el bosque tapizado con unas flores que nunca había visto… yo te gritaba desesperadamente tratando de detenerte porque presentía algo muy malo… pero tú… tú no me escuchabas y seguías caminando. El final del sendero era una precipicio, allí te detuviste y volviste la mirada hacia mí, me dijiste “Adiós Akane” y te lanzaste… por eso me desperté muy asustada y quise ir a ver como estabas….-

Ranma la miró con cara de pocos amigos y le dijo -Akane, no me opongo a que sueñes conmigo… pero por favor, busca otros argumentos menos trágicos…

Akane lo miró enojada y exclamó en tono sarcástico -¡Lo tendré en cuenta la próxima vez!

-De todas formas, te agradezco que te hayas preocupado por mi…- dijo Ranma que lo que menos quería era pelear con Akane y mucho menos a esas horas.

Akane lo miró un tanto extrañada, esbozó una leve sonrisa y cambió de conversación rápidamente.

-¿Por qué tenías activa la alarma contra el maestro?- preguntó ella tomando otro sorbo de leche -¿Acaso no recuerdas que se fue con papá y tío Genma a entrenar muy lejos de Tokio?

-Bueno, de todas formas uno no sabe con ese viejo astuto…- respondió Ranma terminando con su leche.

-Es cierto…- dijo Akane un tanto divertida -Uno nunca sabe cuando se le va a ocurrir venir a molestar…

Ranma bostezó un poco y se restregó los ojos.

-¿Tienes sueño?- preguntó Akane al verlo.

-Sólo un poco…- respondió tontamente él.

Akane sonrío nuevamente, apuró su leche y le dijo -Está bien… subamos…

Ambos se levantaron, cerraron la puerta del jardín, dejaron las tazas sobre la mesita y subieron a sus respectivas habitaciones.

Al llegar a su habitación, Ranma se acomodó rápidamente en su cama, realmente el sueño lo dominaba. Akane estaba por salir, pero él la detuvo nuevamente.

-¡Akane, espera!- exclamó Ranma. Akane volteó y lo miró extrañada, Ranma continuó -No te preocupes, que nada malo va a pasarme ni mucho menos morirme…- y le sonrió.

Akane correspondió a su sonrisa y le dijo -Yo también sólo espero que haya sido un mal sueño…

-Akane…- volvió a decir Ranma -Si tú quieres… tú.. puedes… no sé… hmm… no, mejor olvídalo…

-¿Si puedo quedarme esta noche aquí?- terminó Akane sin alterarse.

Ranma se sorprendió un poco -Bueno, sólo si tú quieres- le dijo -No vayas a pensar mal de mi…

-¿Pensar mal? ¡Tú no te atreverías!- dijo ella en tono desafiante.

Ranma la miró y le respondió en el mismo tono -¡No me tientes Akane!… Por otro lado, si quieres quedarte, puedes dormir en la de papá…

Akane lo miró recelosamente. No había querido demostrarlo en demasía por el temor a que pudiera pensar él, pero aún seguía aterrada después de esa pesadilla y sabía que si regresaba a su habitación, la pasaría en vela el resto de la noche.

-Está bien…- accedió ella finalmente y regresó hacia él.

Ranma se levantó y rápidamente preparó la cama y la colocó al lado de la suya.

-Está lista…- dijo cuando terminó y regresó a la suya.

Akane se acostó enseguida y se arropó -Buenas noches Ranma…- dijo ella suavemente y se acomodó dándole la espalda.

-Buenas noches Akane…- se limitó a responder él y también se acomodó dándole la espalda a ella. Pronto los dos dormían profundamente.

-¡Buenos días Kasumi!- dijo Nabiki al llegar a la cocina que olía deliciosamente.

Kasumi sonrió y le dijo -¡Buenos días Nabiki!

-¿Y Akane?- preguntó extrañada Nabiki -Pensé que ya había bajado…

-No, aún no- dijo Kasumi -Por favor, ¿podrías irla a despertar? Aún le hace falta un poco al desayuno…

-Está bien- dijo Nabiki y salió en dirección a la habitación de su hermana menor.

Toc, Toc, Toc. Nabiki tocaba la puerta fuertemente, pero no recibía respuesta.

-Que raro…- dijo ella -¿Akane, estás ahí?- preguntó en voz alta -Voy a entrar…- entonces, giró el pomo de la puerta, la empujó y miró hacia la cama de Akane.

-¡No está!- exclamó sorprendida -¿Pues dónde estará?- y cerró la puerta.

Caminó hacia la habitación de Ranma y nuevamente corrió la puerta con sumo cuidado

-Ohhhh.. vaya vaya… ¡miren donde durmió Akane!- exclamó Nabiki al ver la escena. Ranma y Akane aún dormían profundamente. Ranma boca arriba, sujetaba fuertemente el brazo de ella que lo abrazaba en la cintura, mientras apoyaba su cabeza en el hombro de él, en tanto Ranma inclinaba un poco la suya sobre la de ella.

La reacción de Nabiki no se hizo esperar -¡Esto es perfecto!- exclamó ella en voz bajita y de uno de los bolsillos de su uniforme, sacó una pequeña cámara fotográfica, que usualmente usaba para retratar los atributos de Ranma chica y empezó a fotografiarlos.

El click click del disparador de la cámara hizo eco en los oídos de Ranma que acabaron por despertarlo. Al abrir lo ojos lo primero que vio fue a Nabiki apuntando hacia su rostro con la cámara.

-¡Nabiki!- exclamó Ranma molestó -¿Qué haces aquí?

Nabiki apartó la cámara y le sonrió pícaramente y en el mismo tono de voz pícaro le dijo -Más bien explícame que hace Akane aquí…

De golpe, Ranma recordó la noche anterior y volteó a verla. Casi accidentalmente estuvo a un pelo de estrellar sus labios con los de ella, por un momento olvidó la presencia de Nabiki y se limitó a disfrutar el calor que emanaba de Akane.

-¡Eh Ranma, dime!- insistió nuevamente Nabiki -¿Qué hace Akane aquí?

Ranma salió de sus ensoñaciones y se sentó. Akane sintió el movimiento de su cabeza y de su brazo y también se despertó.

Nabiki soltó una carcajada cuando vio la cara de Akane al ver que ella estaba allí.

-Tranquila hermana…- dijo divertida -Mi intención no era asustarlos, sólo quería saber donde estabas porque Kasumi me envió a buscarte para que bajaras a desayunar, pero no esperaba encontrarte en los brazos de tu prometido… ¡Se veían tan tiernos!

-¡Nabiki!- exclamó malhumorada Akane -¡No seas pesada!

Nabiki no le hizo caso y aún seguía riéndose, guardó nuevamente la cámara en su bolsillo y salió -Tranquilízate hermana, me parece excelente que ya comiencen a llevarse bien…

Fue lo último que alcanzaron a escuchar Ranma y Akane antes que ella corriera la puerta al cerrarla.

Akane también se sentó en la cama, aún disgustada con Nabiki, entonces miró a Ranma y sus rostros se colorearon con un rojo intenso y rápidamente se dieron la espalda.

-¡Akane no te enojes!- dijo Ranma tartamudeante y apenado tratando de disculparse -Yo lo siento, no fue intencional…

-Yo… lo sé…- respondió ella de igual forma -Creo que lo mejor será que me vaya o llegaremos tarde a la escuela…

-Sí….- respondió él -Espero que hayas tenido buena noche…

-Sí, gracias… dormí bien…- y se levantó de la cama sin mirarlo y salió presurosa de la habitación.

-¿Tuviste buena noche?- preguntó Nabiki capciosamente a Akane cuando ella se sentó a desayunar.

-¡Ya basta Nabiki!- respondió seriamente Akane -¡No pasó nada de lo que tú te estás imaginando!

-¿Y qué se supone que estoy pensando Akane?- continuó Nabiki con el mismo tonó de malicia.

-Buenos días a todos- interrumpió Ranma al llegar.

-¡Ranma!- exclamó Nabiki -¡Espero que hayas podido dormir después de todo!

-¡Nabiki, ya te dije que basta!- gritó Akane.

-Sí Nabiki, ¡no hemos hecho nada!- exclamó enojado Ranma.

-¿Por qué se enojan?- respondió Nabiki burlonamente -Al fin y al cabo están comprometidos y terminarán casándose, así que no importa.

-¡Uuuuuiiiiccchh! ¡Nabiki!- exclamó Akane a punto de agotar sus últimas reservas de paciencia.

-Está bien, está bien…- dijo Nabiki sin alterarse. Terminó de tomar su té, recogió su maleta y se fue.

-¡Nos vemossss, espero que se hayan cuidado!- gritó al cerrar la puerta.

-¡Nabikiiiiiiii!- exclamaron eufóricos Ranma y Akane al tiempo.

Ranma se sentó frente a Akane y dio un largo suspiro tratando se calmarse -Parece que le hemos dado tema a Nabiki para que nos haga la vida imposible por una semana- dijo ya un poco más tranquilo.

-Sí…- continuó Akane -Va a ser una larga semana aguantando sus comentarios…- terminó de tomar su té y exclamó -¡Vámonos Ranma o llegaremos tarde!

-¡Sí, vámonos!- respondió Ranma y ambos tomaron sus respectivos morrales y salieron de la casa.

-¡Que tengan buen día!- exclamó Kasumi al despedirlos -Hmmm, ¿qué habrán hecho que están tan molestos con Nabiki? Es muy extraño…

CAMINO A LA ESCUELA

Ranma iba caminando sobre la verja que bordea el pequeño río, con las mano cruzadas apoyadas sobre su cabeza, mirando lejos. Akane caminaba a su lado por el sardinel, un tanto abatida, mirando el piso.

-¡Esa Nabiki es una pesada!- comentó Ranma aún molesto.

-Sí…- respondió levemente Akane sin hacer mucho eco a su comentario.

Ranma lo notó de inmediato y le preguntó -¿Volviste a tener esa pesadilla? Pensé que habías dormido bien….

-No, no soñé nuevamente..- respondió ella sin mirarlo.

-Ya te dije que no te preocuparas, no me va a pasar nada malo…- dijo Ranma sonriéndole y dando un salto desde la verja, aterrizó frente a ella. Akane miró directamente sus grandes ojos azules que la invitaban a olvidar aquel mal sueño.

-Creo que es mejor que nos apuremos antes de que lleguemos tarde y nos ganemos también a ese loco director- dijo Akane y apresuró el paso.

-Bueno, al menos lo intenté…- se dijo así mismo Ranma y se limitó a seguirla.

ESCUELA FURINKAN

Al llegar, todos los estudiantes de la escuela los miraban y comentaba en voz baja. Otros se acercaban a ellos y les decían: -¡Que bien Ranma!-, -¡Oh, felicitaciones Akane!-, -¡Ranma, que inquieto eres!-, -Hacen una linda pareja…-, -¿Es cierto lo que dicen de ustedes?-, -¿De veras lo hicieron?

-¿Qué rayos sucede?- preguntó Ranma confundido -¿Por qué nos dicen estas cosas y nos miran así?

-Yo tampoco entiendo…- respondió Akane también muy confundida.

Hasta que vieron a Nabiki rodeada de numerosos estudiantes, llevaba un letrero en las manos que decía “Los secretos de Ranma y Akane, uno por 300 yenes” y todos los que estaban con ella, tenían fardos de billetes en las manos, esperando su turno para conocer, más bien, para pagar por conocer esos secretos….

-¡Nabiiikiiii!- exclamaron Ranma y Akane al perder los estribos.

-Oh oh- exclamó Nabiki al verlos -¡Es mejor que me vaya de aquí!- guardó el dinero que tenía en las manos y echó a correr directo a su salón.

La primera jornada de clases transcurrió dentro de lo normal. Ranma como cosa rara empezó cabeceando hasta que se quedó dormido totalmente, cruzando los brazos sobre el escritorio y apoyando la cabeza en ellos. Akane por su parte, masticaba distraídamente un lápiz y miraba a lo lejos, pero a cada momento volvía a asaltarla el pensamiento de ese mal sueño y miraba a Ranma.

-Ojalá sea como dices…- dijo muy bajito -Sin embargo…

Ding, Dong, Ding, Dang. El reloj de la escuela marcó las 12:30 m, hora del almuerzo y no faltó la visita casi habitual de Shampoo para complacer a Ranma en todas las exquisiteces de la comida china que ella sabía preparar. Obviamente, Ukyo ni corta ni perezosa hacia frente a su rival cocinando esos deliciosos okonomiyakis y Akane…

-Si… ¿dónde estará Akane?- se preguntó Ranma al no verla en el salón, haciéndole mofa a sus dos prometidas que siempre escogían esa hora para trata de ver quien se quedaba con él.

Ukyo y Shampoo estaban en el fragor de su combate mientras Ranma buscaba a Akane por todos lados.

-No está en el salón… no está con sus amigas, ni en los corredores, ni el comedor… ¡Rayos! ¿Dónde demonios está?

Ranma estaba asomado desde una de las ventanas del 3er piso de la escuela, allí divisaba todo el patio pero por más que escrutó, no dio con ella. Frunció el ceño tratando de adivinar a donde podía haber ido, se rascó la cabeza y de pronto se iluminó su mente, dio un chasquido con los dedos y exclamó -¡Claro, en la azotea!- y salió corriendo hacia allá.

Allí estaba Akane, recostada a la verja de la azotea mirando a lo lejos, sumergida en sus propios pensamientos.

-¡Vaya, hasta que te encontré!- exclamó Ranma a llegar.

Akane se sorprendió y volteó a mirarlo -¿Qué haces aquí?- le dijo y volvió a darle la espalda -Pensé que ya eras el premio de Ukyo o de Shampoo…

-¡Ni que lo digas!- respondió él -Hmmmm… dime… ¿tienes hambre?- entonces caminó hacia donde ella estaba y se recostó a la verja también, al lado de ella.

-Un poco…- dijo Akane.

-¡Lo sabía!- exclamó Ranma sonriendo y sacó de uno de los bolsillos de su pantalón un par de emparedados de atún bien envueltos y le ofreció uno -Toma, lo compré para ti cuando fui a buscarte a la cafetería… aún está tibio…

Akane lo miró y sus ojos aceituna brillaban como dos pepitas de diamante, algo sonrojada extendió la mano y tomó el emparedado, se sentó de espaldas a la verja y lo desenvolvió cuidadosamente.

Ranma, como siempre, mas tímido que una lechuga, también se sonrojó un poco y prefirió concentrarse en su comida. Se sentó al lado de Akane y empezó a comer.

-Y dime Akane…- interrumpió Ranma el incómodo silencio, después de darle un mordisco a su emparedado -¿Todavía sigues preocupada por lo de anoche?

-Un poco…- respondió ella sin mirarlo -Es que era tan real Ranma… me asustó…

-Pero ya te lo dije Akane- dijo Ranma alegremente tratando de animarla -Sólo fue una pesadilla… no me va a pasar nada ni mucho menos morirme- y esbozó una gran sonrisa.

Akane correspondió a su sonrisa y continuó. -Sí, tal vez tengas razón y yo estoy exagerando al hacerle caso a un tonto sueño…

-¿Si ves? ¡Eso está mejor!- respondió él sin dejarle de sonreír -Y para que veas que así es, ¿qué te parece si te invito a un mantecado de vainilla con chocolate cuando salgamos de clases?

-¡Ranma!- exclamó Akane sin poder creerlo y mirándolo con sus ojos bien abiertos -¿Te sientes bien?

-¡Oye Oye! intento ser amable, cuando te portas así es más fácil hablar contigo…- dijo Ranma sin perder los estribos y le lanzó una mirada de expectativa -¿Aceptas?

Akane sonrío y suavemente dijo -Claro, suena muy bien…

Y el embrujo ocurrió. Una vez más Ranma y Akane se quedaron mirando fijamente a los ojos y poco a poco sus rostros se fueron acercando. Los labios de Ranma estaban a punto de rozar a los de Akane cuando un estruendo rompió el mágico momento.

¡CCCCRRRRRAAAAASSSSSSHHHH! Hizo la puerta al saltar en mil pedazos.

-¡Con que aquí estabas Ranma!- exclamó furiosa Ukyo.

Ranma y Akane quedaron desconcertados y se alejaron inmediatamente, pero Shampoo y Ukyo los veían con ganas de mandarlos a visitar el otro mundo, tenían sus armas listas para el combate.

-¡Eres el colmo Ranma!- gritó Shampoo -¡Nos descuidamos sólo un momento y mira donde te encontramos!

-¡Ukyo, Shampoo! ¡cálmense y déjennos en paz!- gritó Akane molesta, entonces Shampoo se le acercó y le dijo -Eso es lo que tú quisieras, pero no te quedarás con Ranma, él debe casarse conmigo porque así lo dicen las reglas de mi tribu!

Ranma al ver que la situación se estaba poniendo muy tensa y presentía que todo desembocaría en una terrible paliza que le darían Ukyo y Shampoo hasta dejarlo todo lleno de chichones y moretones y mandarlo a volar expreso hasta la Conchinchina, decidió retirarse caballerosamente.

-Bueno chicas, yo me voy… no quiero llegar tarde a la clase de historia…- y se alejó rápidamente de allí.

-¿Eh? ¡Ranma espera!- exclamó Akane -¡Voy contigo!- y salió corriendo tras él.

-Hmmm… bueno Shampoo, creo que terminaremos el duelo mañana- dijo Ukyo guardando su enorme espátula tras su espalda.

-Sí- dijo Shampoo recogiendo sus bombarines -Declararemos por hoy un empate y regresaré mañana…

-Está bien Shampoo, un empate- respondió Ukyo.

Shampoo hizo un gesto de aceptación y se alejó rápidamente dando saltos por todos los techos de Nerima. El resto de la jornada transcurrió sin sobresaltos.

-La verdad ha sido un día calmado…- pensaba Akane sentada en su puesto mientras miraba por la ventana del salón -Aunque pensándolo mejor, ha sido un día extraño…- y miró a Ranma que hacía un esfuerzo sobrehumano por prestar atención y no quedarse dormido -Se ha portado como nunca, me tiene realmente sorprendida… hoy ha sido tan caballeroso, tan amable, tan roman….- Akane sonrió risueñamente y recordó lo que había sucedido en la mañana y luego al mediodía.

-¿Tendo Akane?- dijo una voz, Akane reaccionó rápidamente y abandonó sus pensamientos.

-¿Diga profesor???- respondió.
-¿Puede hacer usted el favor de aterrizar en el salón de clases?- continuó el profesor malhumorado.

-Lo siento Sr. Nishide…- respondió ella con un hilo de voz. Sus mejillas se sonrojaron de la vergüenza y enterró la mirada en el piso.

-Hmmm… bien continuemos…- dijo el Sr. Nishide y volvió a dar la espalda al grupo para seguir dibujando un mapa con los principales ríos de Japón.

Pero Akane no lo pudo evitar y volvió a sumergirse en sus pensamientos.

-Sí… realmente hoy Ranma es más agradable… ¡ojalá fuera así siempre! ¡y sin esas niñas tan! – suspiró profundamente y se calmó -Bueno, mejor me concentró en la clase, no quiero terminar afuera cargando un par de baldes con agua- se reacomodó en su puesto y puso sus 5 sentidos en la explicación del profesor.

Ding, Dong, Ding, Dang. El reloj de la escuela marcaba las 4:30 pm, fin de la jornada de clases por ese día.

-¿Lista Akane?- preguntó Ranma al acercarse a su escritorio.

-Ya va…- respondió ella terminando de recoger los libros -¡Bueno listo, vámonos!

SALIENDO DE LA ESCUELA

-Y dime Akane, ¿en qué pensabas cuando el profesor Nishide te llamó la atención?- preguntó Ranma.

-Hmmm…. en nada…- respondió ella distraídamente.

-¿Segura?- volvió a preguntar maliciosamente.

-Sip…- respondió ella evasivamente -¿Y…. dónde iremos?

-Hmmm… hay una nueva heladería que abrió hace poco, ¿qué dices???- dijo Ranma.

-¡Está bien!- respondió Akane muy contenta y ambos continuaron el camino, charlando como nunca lo habían hecho. Ese día parecía que ambos habían dejado en casa sus característicos comportamientos. Hoy ella no era la kawaiku-ne a la que estaba acostumbrado Ranma, ni Ranma el baka al que estaba acostumbrada Akane.

NIIGATA HELADERÍA

-¡Bien, aquí es!- dijo Ranma y entró, pero Akane no se movió. Ranma volvió a ella y le preguntó -¿Qué pasa, no te gusta?

-No, no es eso…- respondió ella -Sólo…. ¿entrarás como chico o como chica?

-Akane…- respondió Ranma firmemente -Soy un hombre, ¿no?

-Sip…- asintió ella mirándolo.

-Pues entraré como hombre- respondió él y le sonrió. Esta vez Akane dio el primer paso y entró primero.

La heladería no estaba muy llena y decidieron sentarse en una mesa que daba justo a un bonito jardín interior, protegido con un hermoso cristal que apuntaba a la calle.

-De chocolate para mi, por favor…- dijo Ranma a la dependiente.

-A mi.. hmm… ¡mousse de vainilla con cerezas!- exclamó Akane al ver todas las delicias que habían en el menú.

-Un momento por favor- dijo la dependiente sonriente y se alejó.

-¡Vaya, tienes hambre!!!- comentó Ranma.

-Un poco- respondió Akane con una risita nerviosa -Al final no pude terminar de almorzar…

-Sí… Ukyo y Shampoo- dijo Ranma -Bueno, por lo menos no fueron Kodachi y Kuno…

-¡Ni los menciones! -exclamó Akane haciendo un gesto de desagrado -Me hubieran indigestado…

-Aquí están sus pedidos- interrumpió la señorita a llegar con las copas a la mesa -Chocolate y vainilla, que los disfruten- y se alejó sonriente.

-Arigatou- respondieron Ranma y Akane al tiempo.

-¡Bien, veamos que tal está!- dijo Ranma sin poder contener las ganas ante tanta delicia que tenía enfrente -Hmmmm… ¡delicioso!- exclamó contento.

-Hmmm… sí, tienes razón… ¡sabe muy bien!- apuntó Akane.

-Y dime Akane… ¿ya olvidaste ese sueño?- preguntó Ranma después de otra saboreada al postre.

-No me lo recuerdes…- dijo ella seriamente -De sólo pensarlo, me viene a la mente esa pesadilla y brbrbrbrb me recorre un escalofrío de los pies a la cabeza.

-No debes prestarle atención a esos sueños Akane, ni que fueran premoniciones… mejor, tengo una idea- y sonrió -Mañana iré a entrenar a las montañas, si quieres, puedes venir conmigo, ¿te parece?

Akane quedó en shock ante la propuesta.

-Ranma… ¿te sientes bien?- le preguntó aún sin recuperarse. Una cosa era que Ranma se portara caballeroso y hasta la invitara a comer algo, pero eso sólo eran raras ocasiones en escasos días, pero este día todo había sido totalmente diferente, todo había transcurrido perfecto.

-¿Por qué lo dices Akane?- preguntó Ranma extrañado.

-Este ha sido un día inolvidable Ranma- respondió ella risueña -Ojalá fueras tan caballeroso y sensible todo el tiempo…

Ranma se sonrojó un poco y bajó la mirada -Bueno… lo que hiciste anoche me hizo pensar…. y pues… no eres tan odiosa ni detestable cuando te portas así….

Akane se sorprendió al escucharlo y continuó -Bueno… tampoco eres tan idiota e insensible después de todo…

PERO FUERA DE LA HELADERIA…

Ryoga caminaba sin rumbo fijo, como cosa rara, cargando su enorme morral de viaje y pesada sombrilla roja.

-He vuelto al lugar donde vive mi amada Akane…- suspiraba mientras miraba a todos lados. Los centros comerciales, los almacenes, las heladerías…

-Me gustaría tanto verla… es tan hermosa…- y sus ojos brillaron al recordar los gratos momentos que como P-chan habia vivido con ella en sus brazos y en sus pechos -Ahhhh… siiii… realmente es muy hermosa, ojalá esta vez pueda declararle mi amor….- y en ese instante miró hacia una de las heladerías del lugar y cual no sería su sorpresa al ver a su amada Akane con… -¡Ranma!- exclamó enfurecido -¡Ese Ranma, me las pagará!- y se dirigió furibundo hacia donde estaban ellos.

EN LA HELADERIA NUEVAMENTE…

Ryoga entró a la heladería y no tardó en ubicarlos. Al verlos respiró profundamente para disipar su ira y entonces se acercó.

-Hola Akane- dijo al llegar.

-¿Ryoga?- exclamó sorprendida Akane -¿Qué haces por aquí? Pensé que estarías de viaje…

En el rostro de Ranma se dibujó un gesto de enfado mimetizado con algo de celos y comentó despectivamente -Si Ryoga… ¿acaso P-chan ya se cansó se viajar o fue que se perdieron nuevamente?

-¿P-chan? ¿dónde está?- preguntó curiosa Akane -¿Tú sabes algo de P-chan, Ryoga?Hace mucho que no lo veo…

-¡Archhhhh! ¡cállate Ranma!- exclamó Ryoga enfadado -No sé que tiene que ver P-chan conmigo ni tampoco se donde está!

Ranma le lanzó una mirada de desgano y aburrimiento y dijo -Tal vez el agua fría nos diría algo…- y le dio la espalda, prefirió seguir comiendo su helado antes de que terminara de derretirse.

-¡Bueno ya!- dijo Akane tratando de calmar los ánimos -Ven Ryoga, siéntate con nosotros… deberías probar estos mantecados, ¡son deliciosos!- y le sonrió.

La cara de Ryoga se iluminó ante la felicidad que le producía el estar al lado de su amada Akane, aunque Ranma estuviera enfrente.

Al poco rato pasó Shampoo en su bicicleta, venía de entregar un pedido. Al verlos en la heladería montó en cólera y se dirigió hacia ellos.

-¡Vaya Ranma! ¡Así que preferiste venir a una heladería en vez de ir al Neko Hanten donde sabes que siempre te estoy esperando con deliciosos platos chinos!- exclamó Shampoo muy molesta.

-Sham… ¡Shampoo! ¡que sorpresa!- exclamó Ranma.

-Si Shampoo, que sorpresa…- la saludó Akane de mala gana.

Ryoga vio una oportunidad perfecta y dijo -¡Shampoo, quédate con nosotros, debes probar estos deliciosos helados!

Inmediatamente el rostro de Shampoo cambió y sus facciones recuperaron su frescura de siempre -¡Al lado de mi Ranma!- exclamó muy contenta y sentó la lado de él, tomándolo por el brazo fuertemente, trayéndolo hacia si.

-¡Shampoo, déjame tranquilo!- balbuceó Ranma tratando de soltarse.

-¡Oye Shampoo!- exclamó Akane malhumorada.

-¿Estás celosa Akane?- preguntó Shampoo maliciosamente.

Akane se la quedó viendo con todo el cariño que sentía por ella y prefirió ignorarla.

Ryoga miraba a Akane como un tonto, Shampoo acariciaba el brazo de Ranma, Akane con el ceño fruncido y los brazos cruzados no podía disimular lo molesta que estaba, mientras Ranma…

-Oh fabuloso…- pensaba Ranma terminando de medio comer su helado de mala gana -Ryoga, Shampoo… ¿quién más vendrá a molestar?

Los pensamientos de Ranma no tardaron en hacerse realidad, al cabo de un rato y como era de esperarse, llegó Mousse buscando a Shampoo y como siempre la confundió con muchas personas antes de dar con ella. Más tarde Ukyo, luego Kuno para retar a Ranma y liberar de una vez de su yugo a Akane y la hermosa chica pelirroja y finalmente Kodachi, quien dio su toque especial con pétalos de rosa negra y su agradable risa en aquella inusitada reunión de prometidas y pretendientes.

Ranma había terminado de comer su helado y no hacía mas que mirar lejos por la ventana, buscando el momento oportuno para salir de allí. Afortunadamente no tuvo que esperar mucho, todos estaban tan entretenidos discutiendo que ninguno advirtió cuando él cautelosamente se levantó y con mucho cuidado se fue retirando, aprovechó un momento que Akane lo miró y le hizo señas, Akane comprendió y ella también con mucho cuidado se fue retirando de la mesa.

A LAS AFUERAS DE LA HELADERIA

Akane se dirigió rápidamente a la puerta y salió, Ranma demoró un poco más, pero logró salir.

-¡Uffff, menos mal!- exclamó aliviado -¡Pensé que no íbamos a poder salir de allí!

-¡Que locura!- exclamó Akane enojada -¡Nunca se puede tener un momento de paz porque siempre te andan persiguiendo!

-¡Oye un momento!- gritó Ranma enfadado también -No es mi culpa que ellas hayan llegado, ¡yo no las invité!

Akane respiró profundamente y exhaló con calma -No importa…- dijo más tranquila -Mejor volvamos a casa, Kasumi debe estarnos esperando desde hace horas…

-Sí…- dijo Ranma -Mejor vámonos antes que se cuentan de que ya no estamos…- y ambos se alejaron con paso presuroso de la heladería.

POR LAS CALLES DE NERIMA..

Ya había anochecido, serían más de las 8.30 pm y las calles estaban elegantemente iluminadas por muchos faroles, soplaba una refrescante brisa que llevaba consigo algunas hojas de cerezo.

-Oye Akane…- interrumpió Ranma -No me respondiste la pregunta que te hice…

Akane lo miró con cara de interrogación.

-Si Akane…- continuó Ranma al ver sus gestos -Te preguntaba si vendrías conmigo a las montañas a entrenar…

Akane sonrió y respondió -¡Sip, no suena mala idea!

Ranma correspondió a su sonrisa -Realmente te ves muy bonita cuando sonríes Akane…

Akane lo miró directamente a sus grandes ojos azules y él sintió un nudo que se le armaba en el pecho y que lo apretaba -Estee…- dijo tratando de disimular -Saldremos desde muy temprano… ahora mejor apurémonos…

Akane volvió a sonreírle y caminaron más rápido.

DOJO TENDO

-¡Ya llegamos!- exclamó Akane al cerrar la puerta.

-Oh Akane, Ranma… ¡me tenían muy preocupada!- exclamó Kasumi al salir a recibirlos.

-Lo siento Kasumi -dijo Akane bajando la cabeza apenada.

-No te debes preocupar por ellos Kasumi- dijo Nabiki maliciosamente mientras bajaba por las escaleras -Después de lo de anoche, no creo que haya problemas, ¿cierto Ranma?

-¡Deja de decir barbaridades Nabiki!- exclamó Akane enojada, se quitó los zapatos rápidamente y subió a su habitación.

Ranma miró a Nabiki con cara de pocos amigos y prefirió seguir a Kasumi que iba a la cocina.

-¿Qué hay de cenar Kasumi?- exclamó Ranma -¡Hoy tengo mucha hambre!

Kasumi sonrió y le respondió -¡Unos deliciosos tallarines!

-¡Esta Nabiki!- refunfuñó Akane al cerrar bruscamente la puerta de su habitación.

Dejó la maleta sobre el escritorio y procedió a desvestirse. Cuando estaba a punto de desabrochar su brassier, escucho unos rasguños en la ventana. Ella se acercó y corrió un poquito la cortina.

-¡P-chan!- exclamó jubilosa al ver el cerdito -¿Dónde habías estado? Hacía mucho no te veía!- entonces abrió la ventana y el chanchito saltó muy contento directo a sus manos, Akane lo abrazó fuertemente y lo apretó a su pecho. P-chan abrió los ojos como platos, se puso colorado y unos hilillos de sangre escurrieron de su hocico y se desmayó.

-¡P-chan!- exclamó Akane sacudiendo al cerdito entre sus manos -¡P-chan, ¿qué te pasó?!- pero P-chan no reaccionaba y parecía una marioneta entre sus manos y justo en ese momento tocaron la puerta.

-¿Quién es?- preguntó ella.

-Ábreme Akane, soy yo…- respondió la voz.

-Ranma… ya va, espérame…- apuntó Akane mientras colocaba al chanchito en la cama y se ponía su pijama amarilla de arandelas en el pecho, luego se dirigió a la puerta y abrió.

-¿Dime Ranma???- preguntó al verlo.

-Sólo venía a recordarte que….- respondió él, pero interrumpió al ver hacia la cama de Akane, hizo unas muecas de fastidio y desagrado y su tono de voz cambió -¿Piensas dormir con ese cerdo nuevamente?

Akane miró a su cama y vio a P-chan totalmente restablecido mirando con ojos de furia a Ranma, Akane regresó su atención a Ranma y le dijo -¡No entiendo como puedes sentir celos de P-chan, Ranma!-

-¡No son celos!- gritó Ranma llevándole la contraria.

Akane lo miró sonriendo pícaramente -¿Estás seguro?- preguntó con un tono meloso de voz.

Ranma prefirió mirar hacia otro lado y le dijo secamente -¡Seguro, si quieres dormir con ese cerdo, hazlo! Yo en tu lugar lo bañaría con agua hirviendo, así aprendería a no ser tan abusivo…. pero bueno, sólo vine a recordarte lo de mañana…

-¡Ranma, no voy a bañar a P-chan con agua hirviendo!- exclamó ella enojada -Además, no olvidaré lo de mañana.

Ranma aún enojado dio media vuelta y se dirigió hacia su habitación, sin darle las buenas noches a ella.

Esto enfureció aún más a Akane y cerró de un portazo.

-¡Uich, no lo soporto!- exclamó con rabia ya apretando los puños con fuerza, pero sus ojos se tornaron tristes -Hoy se había portado como todo un caballero y ya lo arruinó….- suspiró profundamente, tomó a P-chan entre sus brazos y sentó en la cama.

-Bueno P-chan, será mejor que nos acostemos ya… mañana será un día muy agotador- decía ella mientras acariciaba amorosamente la cabeza del cerdito. Dio un bostezo, se desperezó un poco y se acostó sin dejar de abrazar al animalito, al poco rato ambos dormían como rocas.

Esa noche se volvió a repetir. Ranma caminaba por el sendero tapizado de extrañas flores en el bosque sin prestarle atención a los gritos desesperados de Akane, mientras ella corría desesperadamente tras él tratando de detenerlo porque advertía un peligro inminente, pero todo su esfuerzo era en vano, Ranma continuaba sin desviarse. Cuando el sendero llegó a su fin, Ranma se detuvo ante el precipicio, volvió su mirada a ella y le dijo Adiós Akane, regresó nuevamente su atención al final de la montaña y dando un paso adelante, cayó al vacío.

-¡NOOOOOOOOO! ¡Rannnnmaaaaaa!- gritó Akane desde lo más profundo de su corazón.

Akane despertó angustiada, sudando frío y su corazón latiendo a mil por hora. Se sentó en la cama tratando de regular el ritmo de su respiración y justo en ese momento recordó a P-chan, lo buscó afanosamente en la cama y sonrió aliviada al verlo en un costado de la cabecera durmiendo plácidamente, entonces volvió a concentrar sus pensamientos en Ranma.

Igual que la noche anterior, Akane se levantó y se puso sus sandalias, salió con mucha cautela de su habitación y se dirigió hacia la de Ranma.

Al llegar, suavemente corrió la puerta y lo vio durmiendo boca arriba, arropado a medias… pero esta vez no entró.

-Parece que todo está bien…- susurró para sí misma más tranquila, respiró profundamente y corrió la puerta nuevamente con la misma minuciosidad con que la había abierto y regresó caminando de puntillas a su habitación.

Akane cerró la puerta de su cuarto y se sentó en la cama.

-¿Qué significa esto? – se preguntó preocupada -Creo que después de todo no es buena idea que Ranma vaya a entrenar a las montañas…- volvió a respirar profundamente y a exhalar con calma -Mañana se lo diré…

Akane volvió a mirar a P-chan aún dormido y decidió hacer lo mismo, se acomodó nuevamente en la cama e hizo el esfuerzo por tratar de conciliar el sueño, al cabo de un rato, volvió a quedarse dormida.

Los rayos de la mañana entraban por la ventana de su habitación, pero lo que menos quería era despertarse. Abrió un ojo, luego el otro y los volvió a cerrar, se acurrucó debajo de las sábanas hasta que recordó de golpe -¡Oh nooo, las montañas! ¡Ranma!

Akane salió disparada como un rayo y corrió hacia la habitación de Ranma, abrió bruscamente la puerta, pero no vio a nadie -¡Oh no!- exclamó ella y un gesto de preocupación se dibujó en su rostro.

Bajó las escaleras lo más rápido que pudo y se dirigió hacia la cocina.

-¡Kasumi! ¿dónde está Ranma??- preguntó Akane visiblemente preocupada.

Kasumi sorprendida ante la actitud de su hermana, respondió:

-Se levantó muy temprano, dijo que iba a entrenar a las montañas…

-¡Demonios!- exclamó enojada -¡Por qué no me despertó! Se supone que iríamos juntos!

-Si lo hizo Akane…- dijo Kasumi calmadamente -Él fue a despertarte, pero te vio que dormías tan plácidamente que no quiso molestarte…

Akane miró sorprendida a Kasumi, y ella continuó -Sin embargo me dijo que te dijera cuando despertaras, que iría más allá de las montañas Watanabe…

Akane recordó súbitamente su sueño y salió como una flecha hacia su habitación.

-¿Akane, sucede algo malo?…- preguntó Kasumi alarmada.

-¡Espero que no!- fue la respuesta de Akane.

Akane se bañó y se vistió con su ropa de entrenamiento, todo tan deprisa que no advirtió que P-chan ya no estaba, tomó su maleta de campaña y como un rayo bajó las escaleras.

-¡Me voy!- gritó Akane al cerrar la puerta.

-¿Akane, qué sucede?- fue la respuesta de Kasumi desde la cocina, pero ya Akane no la escuchaba.

POR NERIMA…

Akane cerró la puerta del Dojo y echó a correr lo más rápido que podía.

-¡Espero que Ranma esté bien!- se repetía así misma una y otra vez tratando de calmarse.

Cerca de allí, un muchacho esperaba pacientemente que Akane pasara. Vestido con sudadera, estaba desde las 6:30 am arrodillado cerca al portal de un casa, ya estaban a punto de entumecérsele las piernas cuando la divisó a lo lejos.

-¡Vaya, si es Akane!- exclamó Gosunkugi -Creo que hoy se levantó un poco más tarde…- miró su reloj y este marcaba las 10:30 am -¡Pero si es tardísimo!- en ese momento, Akane pasó frente a él sin percatarse de su presencia.

-¡Eh, Akane!- gritó Gosunkugi y echó a correr tratando de darle alcance, pero por más que lo intentó no pudo; ese día Akane no corría, volaba y pronto se dio por vencido. Se detuvo jadeante después de seguirla varios metros, sin que Akane se diera cuenta de que él iba tras ella.

-Hmmm.. que mala suerte, otro día que Akane no se da cuenta que voy tras ella…- sus ojos se entristecieron y dio media vuelta de regreso a su casa, caminando cabizbajo y arrastrando los pies… -Cuanto me gustaría que Saotome saliera de una vez por todas de su vida…

Akane por su parte, seguía corriendo lo más aprisa que podía, no veía el momento de llegar a las montañas.

DETRAS DE LA MONTAÑA WATANABE

Ranma había llegado mucho antes que el sol calentara fuertemente. Había dejado su maletín de campaña al costado de un árbol junto con su camisa roja de broches dorados.

-¡Es un día de verano perfecto para entrenar!- exclamó jubiloso y comenzó con su práctica.

Finalmente Akane llegó a la montaña.

-¡Rayos! ¿dónde estará Ranma?- se preguntó desesperada al mirar a todos lados y sólo ver árboles, pero en esas advirtió un sendero que se adentraba a un bosque cercano.

Un escalofrío recorrió su cuerpo y tragó saliva en seco -Un sendero boscoso…- balbuceó débilmente -Ranma tal vez se fue por aquí…-.

Algo en su intuición le decía que ese era el camino correcto, tomó un poco de aire y decidió seguir por ahí.

Ranma por su lado, se había concentrado demasiado en sus ejercicios de entrenamiento que no advirtió como poco a poco se había ido alejando del lugar donde había dejado sus pertenencias y se acercaba riesgosamente al final del claro de bosque donde se encontraba.

Akane seguía caminando por el sendero mirando a todos lados tratando de hallar a Ranma, pero inútil, no lo veía por ningún lado. Un rato más tarde, el sendero llegó a su fin y Akane se encontró en el claro de un bosque.

Akane de detuvo y nuevamente buscó a Ranma con la mirada, al no verlo gritó a todo pulmón -¡Rannnnnmmmaaaaa! ¿estás aquí?- pero no obtuvo respuesta.

Akane siguió caminando y pronto divisó un bultito marrón y rojo en el costado de un árbol, corrió rápidamente y se encontró con el maletín y la camisa de Ranma.

-Debe estar aquí…- se dijo así misma y siguió caminando con calma.

-¡Ranma! ¿estás aquí???- volvió a gritar pero tampoco obtuvo respuesta.

-¡Rannnmaaa!- insistió nuevamente.

-¡Akane, aquí estoy!- respondió Ranma.

-¿Dónde? ¡no te veo!- exclamó ella nuevamente.

-¡Aquí Akane!- volvió a responder nuevamente.

Akane siguió caminando, adentrándose cada vez más al bosque, hasta que por fin dio con él.
-¡Hasta que te encontré Ranma!- gritó enojada -¿Se puede saber por qué no me despertaste?

-Te vi durmiendo tan cómodamente con P-chan que no quise despertarte…- respondió en un tono un tanto celoso.

-¡P-chan!- exclamó Akane al recordarlo -¡Lo había olvidado por completo!

-Bueno, ¿pero ya llegaste, no?- le dijo sin hacerle mucho eco a lo de P-chan.

-Ranma…- dijo Akane preocupada -Creo que debemos volver al Dojo…

Ranma la miró extrañado y le preguntó -¿Por qué Akane? Hace un día espléndido para entrenar!

-Volví a tener nuevamente esa pesadilla- continuó ella con el mismo tono de voz -Y mira donde estamos, en una montaña y llegamos hasta acá a través de un sendero en el bosque… tengo un mal presentimiento…

-¡Tonterías Akane!- exclamó Ranma sin escepticismo -Las pesadillas son sólo pesadillas!

-¡Pues creo que en este caso debería confiar en mis presentimientos!- respondió Akane molesta.

-Está bien, Está bien- dijo Ranma tratando de calmarla -Hagamos esto, terminaremos en entrenamiento por el día de hoy y regresamos a casa, ¿te parece?

Akane respiró profundamente y exhaló -Está bien…- respondió ella.

Akane se alejó de Ranma y puso su morral junto al de él y luego regresó.

-¡Bien, comencemos!- exclamó Akane al tomar posición de combate.

-¡Trataré de no ser rudo contigo!- le dijo Ranma confiado.

Akane sonrió desafiante y comenzaron a luchar.

Muchas horas después, los dos ya estaban agotados y hambrientos.

-¡Ufff, que hambre tengo!- exclamó Ranma sudoroso tumbándose en la hierba para descansar un poco.

-Yo también…- respondió Akane -Pero vine preparada- y le sonrió -¡Cocinaré!

Inmediatamente el rostro de Ranma se arrugó al sólo pensar en eso -Esteee… Akane.. je je je… no es necesario que cocines… puedo comer cuando lleguemos a casa- y se puso nuevamente en pie para seguir entrenando.

-Pero no es ninguna molestia -respondió Akane amenazante -Prepararé algo y cenaremos, ¿te parece?- pero antes que Ranma dijera algo, Akane se había alejado en busca de su mochila.

-¡Oh no! ¿y ahora qué haré?- exclamó Ranma angustiado -Cualquier cosa que preparé sabrá horrible y me dará una tremenda indigestión… ¡rayos y para colmo de males, olvidé los antiácidos!- suspiró profundamente y asumió una actitud de resignación -Creo que no hay salida… tendré que huir antes de comer cualquier cosa que ella cocine…

Ranma se acercó cautelosamente donde se encontraba Akane cocinando y la vio tan sonriente y tan dedicada a su faena. Ranma sintió un cosquilleo en su estómago y un ligero sentimiento de culpabilidad.

-Está poniendo mucho empeño en hacerlo bien…- murmulló, tragó en seco y los gestos de angustia de agudizaron en su rostro -Pero por mucho esfuerzo que haga, ¡sé que sabrá horrible!

Ranma se sentó cabizbajo tras el árbol que lo escondía y continuó para sí -Sin embargo, sé que no le puedo hacer esa descortesía…- sacudió la cabeza fuertemente tratando de sacar de su mente la ligera posibilidad de comer lo que ella cocinara -¡No no no y no! ¡no lo haré!- y se levantó decididamente para echar a correr, cuando vio una sombra justamente frente a él. Ranma alzó sus ojos y confirmó su amarga sospecha -¡Akane!- exclamó.

-¡Ya terminé!- exclamó ella muy sonriente y le ofreció un tazoncito que contenía un líquido marrón salpicado de trocitos verdes y amarillos flotando en el.

-Gra… gracias Akane… pero… pero no puedo- balbuceó nerviosamente él.

Akane entornó sus ojos y le lanzó una mirada furibunda.

-¡Ranma Saotome!- exclamó amenazante.

-Aprecio tu esfuerzo, pero lo siento Akane- exclamó Ranma entre nervioso y decidido -¡Estoy seguro de que me producirá una tremenda indigestión!- y echó a correr lo más rápido que pudo.

-¡Te obligaré a tomar dos platos cuando te alcance Ranma Saotome!- le gritó Akane llena de ira por el rechazo y empezó a perseguirlo.

Ranma corría muy veloz sin darse cuenta en que dirección lo hacia, Akane por su parte, lo seguía muy de cerca llevando en una mano el plato con sumo cuidado para que el líquido no se regara y no paraba de gritarle -¡Ranma, vuelve aquí!

-Ya te dije que aprecio tu esfuerzo, ¡pero no Akane!- le respondía Ranma y apresuraba el paso.

En esas, Akane recordó fugazmente su pesadilla y se detuvo abruptamente -¡Ranma detente, no sigas corriendo!- empezó a gritarle desesperada -¡Detente! ¡El precipicio!

Ranma al principio no le hizo caso, pero después de escuchar estas palabras, miró hacia el frente, era el fin del claro del bosque, sólo tuvo el tiempo exacto para frenar justo en el borde del precipicio.

Ranma miró hacia abajo y vio un hilo de agua que corría entre las montañas -¡Vaya, esto está muy alto!- exclamó y empezó a retroceder lentamente, pero la tierra de esa parte de la montaña era muy débil y la punta de la roca comenzó a ceder ante sus pisadas.

Ranma escuchó el crack de las rocas al desintegrarse y gruesas gotas de sudor comenzaron a correr por su frente.

-¡Ranma cuidado, se están desprendiendo!- gritaba Akane desesperada ante la impotencia de no poder hacer nada para ayudarlo.

Ranma siguió dando pasos hacia atrás, tratando de llegar a tierra más firme antes que el inevitable desprendimiento de la roca ocurriera, pero la arenisca de la roca no resistió más y se desprendió totalmente de la montaña.

Ranma sintió que perdía fuerza y se percató inmediatamente de lo acontecido, dio la vuelta y clavó su mirada desesperada en Akane y sólo alcanzó a gritar -¡Akaneeeeee!

-¡Noooo, Ranmmmaaaa!- respondió ella con un grito desesperado ante lo que acaba de ocurrir, entonces soltó el tazón y echó a correr hacia el precipicio.

Ranma iba cayendo aturdido con una lluvia de tierra y rocas de diferentes tamaños, todo había ocurrido tan rápido que no tuvo tiempo de reaccionar, y en ese momento, una de las rocas golpeó su cabeza y lo dejó totalmente inconsciente.

-¡Ranma!- gritaba Akane con todas sus fuerzas desde el borde del precipicio, pero lo único que alcanzó a ver era como él junto con las rocas caían velozmente al lecho del río. Entonces con lágrimas en sus ojos y presintiendo lo peor, echó a correr rumbo al valle. Recorrió nuevamente el claro del bosque y el sendero, buscando el río, cuando llegó, empezó a escudriñarlo palmo a palmo.

-¡Ranma, Ranma!- gritaba ella sin obtener ninguna respuesta.

El choque de las rocas y el cuerpo de Ranma contra el agua había alzado una enorme estela de espuma, Ranma se estrelló contra el lecho del río donde habían muchas más piedras afiladas que arañaron todo su cuerpo, él aún no recuperaba el sentido y las fuerzas de las aguas se encargaron de arrastrarlo río abajo como si fuera un maleable muñeco de papel.

Ya casi anochecía y Akane aún no encontraba a Ranma. Cansada y sin esperanza se desplomó -Ya no puedo más…- susurró jadeante entre sollozos -Debo regresar a casa… debo buscar ayuda…

Akane hizo un último esfuerzo y se puso de pie, volvió a escudriñar el río con la poca luz que quedaba y sólo vio agua y rocas. Akane suspiró profundamente y gritó con todas su fuerzas -¡RAAAANNNNMAAAAA! ¡Iré por ayuda, volveré pronto!- y echó a correr de vuelta a la montaña, tratando de no pensar en lo peor.

FIN

Continúa

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7 comentarios

  1. k bonito me gusto muxo……me encantaria k lo hisieran anime…pero ..bueno….graxias por subirlo…k lindo

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