La representación de la obesidad, el sobrepeso y las relaciones sentimentales en la televisión estadounidense de la segunda década del dos mil. Caso de la sitcom Mike & Molly

Este artículo de autoría conjunta (Tania Cobos, Atziri Espinosa, Arnoldo Guajardo) lo escribimos para una clase de la maestría y posteriormente fue publicado en la revista digital Razón y Palabra No. 83 (junio – agosto 2013), editada por el Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México. La versión pdf del artículo (incluye bibliografía y pie de páginas) puede descargarse de este enlace.

La representación de la obesidad, el sobrepeso y las relaciones sentimentales en la televisión estadounidense de la segunda década del dos mil. Caso de la sitcom Mike & Molly

Desde principios del año dos mil hasta la fecha actual, la televisión estadounidense ha empezado a producir y emitir programas de diversos géneros cuya principal característica y común denominador es que sus protagonistas, hombres y mujeres, son obesos o tienen sobrepeso. En relación a esto, el diario El Norte (2011) (citando a USA Today) afirma que “si antes era raro ver a una actriz con sobrepeso en la pantalla, ahora parece que están de moda las artistas de talla grande, pues no sólo se les aprecia con papeles estelares, sino también han sido premiadas por su trabajo”. Incluso el cine no ha escapado a esta tendencia y pueden encontrarse casos de películas como la comedia romántica Amor Ciego (2001) y la animación infantil Kung Fu Panda (2008). En el caso de los programas televisivos, varios de estos han sido transmitidos o se transmiten a la fecha en México a través de diversos canales de televisión de paga y abierta. Por citar algunos se encuentran el reality show Perder para Ganar (en inglés The Biggest Loser) por el canal Discovery Home & Health (del cual Televisa hizo una adaptación en el 2008 titulado ¿Cuánto Quieres Perder?), la comedia dramática Una Diva Cambiando de Cuerpo (Drop Dead Diva en inglés) por el canal Sony y TV Azteca, y el caso que atañe a esta investigación, la sitcom (situation comedy) o comedia de situación Mike & Molly por el canal Warner Channel Latinoamérica. Ante este panorama, la periodista Stephanie Golberg (2011) de CNN planteó la pregunta: “¿está Hollywood evolucionando para ser más abierto ante las personas con sobrepeso? Ciertamente, parece que sí”.

Objetivos

Este documento propone el estudio de la sitcom Mike & Molly, cuya piedra angular es la relación sentimental que sostienen sus protagonistas ambos obesos, desde dos perspectivas complementarias:

1. Conocer y analizar la perspectiva del emisor del mensaje desde la óptica de la sociología de la producción de los mensajes, es decir, dónde y cómo se produce la sitcom; cuáles parecen ser los condicionantes individuales de la casa productora, creador, productores ejecutivos, director y actores protagonistas de la sitcom; qué rutinas de trabajo y valores profesionales se relacionan con la sitcom y cómo parecen afectar su contenido, y qué tiene mayor peso o importancia en la sitcom para sus productores, si la obesidad o la relación de pareja.

2. Conocer y analizar el contenido del mensaje de la sitcom desde la perspectiva de los estudios culturales, es decir, cómo se representa la obesidad a partir de los personajes protagonistas de la sitcom, cuál es la percepción que sobre la obesidad tienen los personajes secundarios de la misma, cómo se presenta la relación sentimental de los protagonistas, ambos obesos, en la sitcom y qué tiene mayor peso o importancia, si la obesidad o la relación de pareja.

Una exploración a la obesidad, el sobrepeso y las relaciones sentimentales en Estados Unidos y México

La obesidad y el sobrepeso son un tema que ha cobrado vital importancia en las dos primeras décadas del siglo XXI. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud OMS (2011), estas se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Un índice de masa corporal IMC4 igual o superior a 25 determina sobrepeso y un IMC igual o superior a 30 determina obesidad. Este indicador es el mismo para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. La obesidad y el sobrepeso son el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo afirma la OMS, además de que las personas que las padecen son más proclives a sufrir dolencias como diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos del aparato locomotor y algunos cánceres atribuibles a las mismas. La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad en las personas es el desequilibrio energético entre las calorías consumidas y las gastadas.

Mike & Molly debuta en un país y en un momento donde, de acuerdo con Ginia Bellafante (2010) del New York Times, las estadísticas del Journal of the American Medical Association dicen que dos terceras partes de las mujeres y hombres que residen en el mismo tienen sobrepeso o son obesos. Hasta el 2009, Estados Unidos ocupó el primer lugar en índice de obesidad poblacional alrededor del mundo. De acuerdo con el estudio “La obesidad y la economía de la prevención” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, para el 2010 el 68% de la población estadounidense padecía de sobrepeso y de ellos el 27.5% eran obesos, sin embargo, se ubicó por debajo de México, país que ocupó el primer lugar, al registrar un 70% de su población con sobrepeso y un 30% de ellos con obesidad (CNN México, 2011). Lo anterior deja en evidencia también que la sitcom es emitida en un país como México cuya población también vive esta misma
situación.

Las declaraciones del Gobierno Federal (2010) en el marco del “Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, Estrategia contra el Sobrepeso y la Obesidad”, refirman lo expresado por la OCDE. Desde 1980 a la fecha, el porcentaje de la población mexicana con sobrepeso u obesidad se ha triplicado, llegando a ser siete de cada diez adultos mexicanos los que presentan un exceso de peso, así como cuatro millones y medio de niños, entre los cinco y los once años. Tales han sido las dimensiones de este problema en el país, que las autoridades nacionales señalan que México es actualmente el país con el mayor número de personas adultas con sobrepeso y obesidad en el mundo, así como la nación con el mayor problema de obesidad infantil a nivel internacional.

Al considerar que Mike & Molly presenta una relación sentimental entre dos personas con obesidad y tomando en cuenta las estadísticas en cuanto a la predominancia de personas con esta figura tanto en México como en Estados Unidos, es también importante abordar las investigaciones actuales que se han realizado en ambos países en cuanto a las características del vínculo sentimental entre personas de dicha complexión física, o bien, entre un individuo con sobrepeso y otro con fisionomía distinta.

Por una parte, en Estados Unidos algunas investigaciones han concluido que las mujeres, independientemente de su complexión física, son más propensas a sentirse atraídas por personas con sobrepeso que los hombres mismos (Puhl y Heuer, 2009; Chen y Brown, 2005; Sobal y Bursztyn, 1998 -en Beck, 2011-, Lang, 1997). De esta manera, las féminas con sobrepeso u obesidad tienden a tener mayores dificultades para entablar una relación que los varones de la misma complexión. Al respecto es pertinente referirse al estudio de Sheets y Ajmere (citados en Puhl y Heuer, 2009), de 554 estudiantes universitarios, en el que se determinó que las mujeres con sobrepeso son menos propensas a tener citas que las delgadas y que la complexión física se encuentra negativamente correlacionada con la satisfacción dentro de una relación. Además, se encontró que las féminas cuyas parejas les han pedido que disminuyan de peso, presentan una menor satisfacción con sus relaciones. También compete citar la investigación de Chen y Brown (2005) sobre 449 estudiantes universitarios a los que se les pidió ordenar seis imágenes de sus parejas sexuales ideales, incluyendo estas a personas obesas, delgadas y con diversas discapacidades. Tanto hombres como mujeres ubicaron en los últimos lugares a la imagen que mostraba a una persona obesa, pero los varones tendieron a colocarla en los lugares inferiores. Este resultado habla sobre la reducida preferencia que presentan los hombres involucrarse sexualmente con una fémina de estas características.

En el mismo sentido, Sobal, Rauschenback y Frongillo (citados en Beck, 2011), en su publicación titulada “Obesity Research”, señalan que dentro de un matrimonio, los esposos obesos se inclinan a ser menos felices con sus relaciones que otros hombres, mientras que las cónyuges tienden a ser más felices con sus matrimonios que otras mujeres. Asimismo, indican que los varones que aumentan de peso tras su casamiento, son más propensos a reportar problemas maritales comparados con los hombres que pierden kilos después de desposarse. En cambio, las mujeres que aumentan de peso al casarse, tienden a ser más dichosas comparadas con las que disminuyen su complexión física.

Cabe señalar, de igual forma, que Sobal y Devine (citados en Lang, 1997) indican que entretanto algunas culturas aprecian los cuerpos voluminosos, esta valoración es contraria en los Estados Unidos. “En este país, mientras mayor sea el estatus socioeconómico de un individuo, menor es la complexión física que se espera del mismo. Las personas casadas pesan más que las solteras, los padres pesan más que los no padres y los blancos pesan menos -y valoran más la delgadez- que los hispanos y los afroamericanos”.

Sin embargo, en tiempos más recientes, Chen y Brown (2005) sustentan que las actitudes acerca de las personas con sobrepeso y obesidad se han modificado. Dicho cambio, de acuerdo a los autores, se deba quizá al tratamiento de la obesidad como un estigma, tal como se ha hecho con el racismo o el sexismo, a través de políticas como hacer ilegal la discriminación contra los individuos sobre la base de su peso en los empleos.

Por su parte, entre los estudios realizados en México sobre el impacto de la obesidad en las relaciones de pareja, se puede citar al efectuado por la farmacéutica Roche en el 2008 (citado en El Universal). Este consistió en la aplicación de una encuesta a 3.792 mexicanos con sobrepeso inscritos en un plan integral que los ayuda a lograr un estilo de vida saludable, con el propósito de determinar la manera en que ha influido su complexión física dentro de sus relaciones de pareja. El sondeo titulado “Enciende la luz”, arrojó que la obesidad y el sobrepeso han afectado los vínculos amorosos de los entrevistados en un 95%, así como su vida sexual en un 80%. Asimismo, la investigación indicó que 44.3% de los pacientes con sobrepeso u obesidad no les gusta su cuerpo, a 16% le da vergüenza mostrarlo, mientras que 14.5% no se siente deseado a la hora de hacer el amor con su pareja. De igual modo, el estudio indicó que los pacientes no sólo se enfrentan a problemas físicos sino también a dificultades emocionales, y una muestra de ello es que el 79% de los mismos señalaron sentirse inseguros por su imagen al momento de tener relaciones sexuales, por lo que prefieren hacer el amor con la luz apagada.

Otro estudio representativo del caso mexicano es el titulado “La obesidad, un problema de salud y su influencia en las relaciones de pareja” (2009) en el que se indagó sobre la influencia de la percepción de la obesidad en la relación de pareja, la interacción social y los temores, tanto en el ambiente familiar como laboral, en mujeres de Tepic, Nayarit. De acuerdo a sus autores, los hallazgos sugieren que las féminas que presentan sobrepeso u obesidad, tienen una percepción de su imagen corporal alterada, lo cual influye de manera negativa en su relación de pareja, interacción social y temores. “Aparentemente la obesidad que tiene cada una de las mujeres entrevistadas tiene repercusiones de desaprobación sobre su imagen corporal, situación que logra que estas tengan relaciones conflictivas en la relación de pareja” (Benítez, et al.). La investigación puntualiza, además, que si no existe una relación con armonía y confianza mutua, la mujer con obesidad tiende a sentir rechazo y poca aceptación de parte de su cónyuge, lo que repercute en el deterioro de la relación sexual entre la pareja. Vale la pena destacar, también, que el estudio encontró que las mujeres que se dedican exclusivamente al trabajo doméstico y tienen una pareja a su lado, reflejan mayor inseguridad que las mujeres que, en adición al trabajo del hogar, tienen un trabajo remunerado. De igual forma, es pertinente mencionar que la investigación descubrió que las féminas que son obesas desde la infancia tienden a sentirse más conformes con su apariencia física, que las que subieron de peso en la etapa adulta.

El sobrepeso, la obesidad y las relaciones sentimentales en la televisión estadounidenses

La noción de belleza, según los especialistas, es variable de acuerdo a la visión que tenga el individuo. A lo largo de la vida se adquieren las habilidades y conocimientos para diferenciar aquello que es bello y aquello que no lo es, pues se dice que en la sociedad se “aprende a aprehender la belleza” (Perrault citado en Martín, 2002). Al respecto, los medios de comunicación masiva han contribuido en la diseminación de los cánones de belleza que, en teoría, deben imperar en el núcleo social y que son aprobados frente al mismo. De ahí que a partir del primer cuarto del siglo XX los medios potenciaran la imagen y movilidad de normas sobre belleza como una forma de guía pública; sin embargo, a la par “las fotografías de prensa o publicitarias y cinematográficas empezaron a entrar en los hogares, y las imágenes de las actrices, actores y modelos comenzaron a competir casi a diario con un buen número de esposas y maridos” (Martín, 2002). Las imágenes mostradas en televisión no coincidían con la realidad.

En los programas televisivos, entre ellos las sitcom, se presentan personajes que evidencian características que, en conjunto, forman un estereotipo. Se tiene a la “rubia tonta”, el “nerd”, el casanova adinerado, entre otros. Los estudiosos de las Ciencias Sociales han determinado a través de diversas investigaciones que la televisión perpetua estereotipos negativos acerca de las personas obesas debido a una idealización de aquellos personajes que son delgados (Greenberg et al., 2003). Los mismos autores referidos agregan que incluso los estereotipos ridiculizan y muestran como indeseables de diferentes maneras a los individuos que tienen sobrepeso y obesidad. Esto obedece en gran medida a los fines económicos que tienen en sí los medios de comunicación y la publicidad al mostrar a la gente delgada como deseable y agradable a la vista. Por su parte, Martín (2002) comenta que en la publicidad y en diversos programas televisivos, como los de ficción, “nos hacen ver que los ‘jóvenes’ y los ‘guapos’, trabajan, se divierten y se relacionan; mientras que los que envejecen, se deterioran (estéticamente), son calvos, obesos o excesivamente flacos, están abocados al fracaso”.

Un estudio realizado por Kaufman (citado en Greenberg et al., 2003) que consistió en el análisis de diez programas de televisión con un alto nivel de audiencia, encontró que las personas obesas estaban representadas solamente en un 5%, mientras que los personajes delgados acaparaban el 38% del total de representaciones. A su vez, Kaufman y Silverstein et al. (citados en Barriga et al., 2009) indican que en los últimos veinte años, los resultados de los análisis de contenido han demostrado que las mujeres con sobrepeso son representadas en menor medida en comparación con las féminas delgadas. Sin embargo, en el caso de las sitcom la situación es distinta.

De acuerdo a un estudio elaborado por Jain y Tirodkar (citados en Greenberg et al., 2003), el 27% de los personajes en cuatro series de comedia transmitidas en 1999 en Estados Unidos fueron obesos. Por lo tanto, se sugiere una relación entre los personajes con sobrepeso y su alta participación o protagonismo en las series televisivas estadounidenses de comedia. Esto se relaciona con la idea de Martín (2002) acerca de que los arquetipos personales presentados en los mensajes varían de acuerdo a la función que tengan los mensajes: informar, vender o entretener. En el caso particular de las sitcom, se puede decir que la aparición de personas obesas y con sobrepeso surge a partir de la necesidad de entretener a la audiencia.

Entre las investigaciones realizadas sobre estereotipos de personajes obesos en la televisión estadounidense destaca el estudio de Greenberg et al. (2003), el cual consistió en el análisis de contenido de diez series de ficción de las seis empresas televisivas con mayor cobertura en los Estados Unidos: ABC, CBS, FOX, NBC, UPN y WB, para proporcionar un análisis sobre los roles asignados a personas con sobrepeso y delgadas, así como sus interacciones sociales en las series consideradas. Los resultados mostraron que los personajes casados suelen tener un cuerpo grande, al igual que los hombres desempleados. También se encontró que los actores que intervenían esporádicamente como invitados especiales tenían un cuerpo grande, y que los personajes de las series con una duración de treinta minutos al aire tenían un cuerpo grande también, en comparación con las series de sesenta minutos. Con respecto al género televisivo, en las sitcom predominaron los personajes con cuerpos grandes. WB y ABC fueron las televisoras que presentaron en su mayoría personajes con cuerpos pequeños.

De manera general, los personajes con cuerpo grande evidenciaron tener pocas interacciones románticas e interacciones positivas con los otros individuos a cuadro, y pocos juicios positivos acerca de su apariencia y su inteligencia, los cuales, no obstante, se contraponen con el hecho que al mismo tiempo fueron considerados como “encantadores”, probablemente con base en la personalidad y no el físico. Cabe destacar que el estudio de Greenberg et al. (2003) se relaciona con los trabajos citados anteriormente en cuanto al protagonismo de personas de cuerpo grande en situaciones de humor, especialmente en el caso de las mujeres. En cuanto a los hábitos alimenticios, los hombres de cuerpo grande fueron presentados con mayor frecuencia consumiendo alimentos en comparación con los delgados. El caso contrario ocurrió al momento de hablar sobre relaciones amorosas, pues los personajes masculinos y femeninos de cuerpo grande hicieron pocas referencias a ellas. Esto se relaciona con lo comentado por Fouts, Burggraf y Greenberg et al. (citados en Barriga et al., 2009), quienes indican que las mujeres de cuerpo grande son presentadas en la televisión como menos atractivas y con pocas posibilidades de vivir relaciones románticas.

En consonancia con lo anterior, White, Brown y Ginsburg; y Greenberg et al. (citados en Pulh y Heuer, 2009), afirman que en el entretenimiento para adultos y niños por igual, a los personajes delgados se les atribuyen cualidades deseables y roles centrales dominantes. En contraste, los personajes con sobrepeso pocas veces se ven, a menos que sean papeles de menor importancia y roles estereotipados. En comparación con los personajes livianos en televisión, los personajes pesados rara vez son presentados en relaciones amorosas, son más propensos a ser objeto de humor y ridículo y a menudo participan en comportamientos de alimentación estereotipados.

De igual forma Fouts y Burgraff (citados en Pulh y Heuer, 2009), realizaron un análisis de contenido de dieciocho sitcom en horario estelar con treinta y siete personajes centrales femeninos y encontraron que el más pesado de estos era el que más comentarios negativos recibía por parte de los personajes masculinos. Por otra parte, los comentarios negativos dirigidos hacia las mujeres pesadas se vieron reforzados por la risa de la audiencia (o risas enlatadas/pregrabadas). En otro estudio previo de los mismos autores, se encontró que los personajes femeninos con peso bajo y normal recibieron significativamente más expresiones verbales positivas sobre sus cuerpos que los personajes femeninos con sobrepeso y obesos. En contraste, un análisis de contenido a setenta y cinco personajes centrales masculinos en televisión encontró que el más pesado de estos era el que más auto-referencias negativas hacía sobre su propio peso. Estos comentarios, según Fouts y Vaughan (citados en Pulh y Heuer, 2009), también fueron seguidos por las risas de la audiencia (o risas enlatadas/pregrabadas).

De esta forma, se sugiere que el estereotipo de la persona con sobrepeso y obesidad tiene una caracterización de burla y ridículo sumado a aspectos indeseables (verse mal en el espejo, no quedar bien con la ropa, pocas oportunidades de relaciones sentimentales, etc.) en las sitcom estadounidenses. La televisión es un bien de consumo que, mediante la dramatización, transforma la realidad en espectáculo y promueve estereotipos distorsionados (Pérez, 2005), pues no hay que olvidar que en la vida real la gente con sobrepeso y obesidad también puede llevar a cabo acciones como las personas delgadas, por ejemplo enamorarse y casarse.

Pulh y Heuer (2009) afirman que es consistente, comparado con la población en general, la significativa subrepresentación de los personajes con sobrepeso y obesos en los medios de entretenimiento (televisión, cine), mientras que los personajes con bajo y normal peso están sobrerrepresentados. Esto es especialmente cierto en el caso de los personajes femeninos quienes tienen más probabilidades de tener bajo peso que los personajes masculinos. Estas representaciones inexactas presentan una visión distorsionada y poco realista sobre los cuerpos de adultos (y niños) y pueden reforzar prejuicios sobre el peso.

La sociología de la producción de los mensajes y los estudios culturales 

Uno de los elementos teóricos que se tomaron en cuenta para el análisis del emisor realizado en la presente investigación, es la sociología de la producción de los mensajes. Este enfoque busca estudiar las distintas condicionantes que repercuten en la producción de los mensajes de los medios y que definen la difusión de ciertos contenidos y la omisión de otros. “La pregunta que se formula esta perspectiva teórica es ¿Qué factores, desde dentro y desde afuera de las organizaciones de los medios, afectan al contenido de los medios?” (León, 2002).

Entre los factores de influencia aludidos se encuentran las actitudes personales y las orientaciones formativas e ideológicas de los emisores del mensaje, los valores profesionales de los comunicadores, las políticas corporativas de los medios, la propiedad y el control de los mismos, las condiciones derivadas del sistema económico y el peso ideológico del sistema social.

En términos generales, puede establecerse que son dos las corrientes clave (Wolf, 1997, citado en León, 2002) que componen a esta perspectiva teórica: una es la sociología de las profesiones, la cual aborda al emisor desde la óptica de sus características sociológicas y culturales; y otra es la arista que analiza la lógica de los procesos de producción de la comunicación de masas y el tipo de organización en el que tiene lugar dicha construcción del mensaje. Dado lo anterior, la sociología de la producción de mensajes permite comprender la manera en que se configura un mensaje mediático a partir de las condicionantes que hay alrededor de éste, tales como el productor, las políticas empresariales, la tendencia ideológica de la organización, entre otros.

Englis y Solomon (citados en Martín, 2002) sugieren que los desarrolladores de contenido en los medios de comunicación masiva retratan parte de su esencia en los productos elaborados: “Las preferencias y las creencias de estos profesionales tienen mucho valor porque intervienen en la selección inicial de estereotipos, fisionomías y looks y en los valores que a ellos se atribuyen en los medios. En este sentido, todo individuo (incluido el comunicador) selecciona el material para sus mensajes de acuerdo con sus predisposiciones y expectativas, y es probable que reelabore todo aquello que no se ajuste a sus esquemas para acomodarlo a necesidades e intereses personales, o que en última instancia, simplemente lo rechace. De esta manera, los creadores del mensaje público pueden ser considerados ‘selectores culturales’.”

Posteriormente Martín (2002) cita que “Los creadores del discurso público no sólo tienen unas preferencias con respecto a lo corpóreo o a lo material (por ejemplo, una especial atracción por las ‘narices aguileñas’, por las ‘personas esbeltas’ o por la ‘raza caucásica’), sino también una serie de construcciones mentales relacionadas con determinados rasgos o arquetipos físicos (los ‘chatos son tontos’, los ‘obesos, vagos’ y las ‘personas de color, sucias’) que transfieren a sus mensajes y que dependen, en buena medida, de factores estructurales (género, nivel socioeconómico, formación, religión).”

Por otra parte, uno de los supuestos más importantes en los estudios culturales, tomado en cuenta para el análisis del mensaje, es el de la existencia de contenidos mediáticos dominantes, a través de los cuales se busca reproducir los intereses de las élites políticas, económicas y sociales. Gramsci (1971), Hall (1973) y Althusser (1974), desde una visión neo-marxista, afirmaban que los grupos de poder capitalistas utilizaban los medios de comunicación como aparatos ideológicos para controlar a las clases subalternas y mantener la diferenciación con respecto a las élites. Otra perspectiva, liderada por Hall (1973) y Morley (citado en Curran, 1998), indicaba que la audiencia es capaz de dejar su rol pasivo para interactuar con el mensaje mediático, estableciendo una clasificación de este último como hegemónico, negociado -de mayor presencia en la relación entre los medios y la audiencia- u oposicional. A su vez, Fiske (1987) se enfoca en la existencia de mensajes alternativos en los medios, aquellos que creativa e innovadoramente presentan conceptos diferentes a los que da a conocer la ideología dominante.

La perspectiva de los estudios culturales centra los objetivos de su actividad en la manera que se generan y circulan significados dentro de las sociedades industrializadas (Fiske citado en Lozano, 1996).

Esta investigación presenta dos perspectivas teóricas, tanto la sociología de la producción de los mensaje en el análisis al emisor, y lo estudios culturales en el análisis del mensaje, primero porque cada una se centra en el estudio específico de cada componente del modelo de comunicación tenidos en cuenta en este estudio, y segundo, para entender mejor el significado del mensaje e identificar los discursos que mediante ellos se transmiten, es relevante conocer los elementos que influyeron en su concepción, de tal forma que posteriormente, en otro estudio, puedan ser cotejados con los significados que el mismo tiene en la audiencia.

Mike & Molly: una pareja de peso

Mike & Molly, bajo el eslogan “una pareja de peso”, es una sitcom estadounidense que se emite en ese país por el canal CBS desde septiembre de 2010. Para México, y el resto de América Latina, se transmite desde noviembre del mismo año por el canal Warner Channel Latinoamérica.

Ambientada en la ciudad de Chicago, Illinois, la sitcom gira alrededor de una pareja con obesidad compuesta por Mike Biggs (Billy Gardell), un oficial de policía, y Molly Flynn (Melissa McCarthy), una maestra de cuarto grado de primaria, que inician su relación sentimental al conocerse en un grupo de apoyo para comedores compulsivos anónimos. El resto del elenco está integrado por: Joyce (Swoosie Kurtz) y Victoria (Katy Mixon), como la mamá y hermana de Molly respectivamente; Peggy (Rondi Reed) y Carl (Reno Wilson), la mamá y el compañero de trabajo de Mike respectivamente; Samuel (Nyambi Nyambi), el mesero del restaurante preferido de los policías, Vince (Louis Mustillo); el novio de Joyce; y Nana (Cleo King), la abuela de Carl.

La primera temporada, tal como se mencionaba, se estrenó en septiembre de 2010 por CBS. Tras un recibimiento lleno críticas mixtas y una finalización con audiencia a la baja, en mayo de 2011 se conoció la noticia de la renovación por una segunda temporada, la cual se empezó a emitir desde septiembre del mismo año por el mismo canal. Para el caso de México y América Latina, se transmite en versión subtitulada, tal como se anotó, por el canal Warner Channel Latinoamérica desde noviembre de 2010 y desde noviembre de 2011 la segunda temporada.

En el 2011, Melissa McCarthy ganó el premio Emmy en la categoría de Mejor Actriz en una Serie de Comedia por su papel de Molly. La sitcom también quedó nominada en este premio en la categoría Mejor Dirección de Arte para una Serie Multicámara, además de ser nominada en la categoría Nueva Comedia de TV Favorita en los People’s Choice Awards.

En el 2010, la escritora Maura Kelly, quien padece de anorexia, publicó en un blog de la
revista Marie Claire (edición Estados Unidos) el artículo titulado “Should “fatties” get a room? (even on TV?)”, en español “¿Deberían los “gorditos” obtener un cuarto? (¿incluso en televisión?)”, en donde uno de los apartes reza:

“[…] Pienso que estaría muy asqueada si tuviera que ver dos personajes con rollos y rollos de grasa besándose… estaría asqueada si tuviera que verlos haciendo cualquier otra cosa. Para ser brutalmente honesta, incluso en la vida real, me parece estéticamente desagradable ver una persona muy, muy gorda, simplemente caminar por la habitación […]”.

Estas observaciones provocaron una gran controversia en la sección de comentarios de la nota y una gran cantidad de correos electrónicos dirigidos a la revista que llevaron a Kelly a disculparse: “Me gustaría pedir disculpas por las cosas insensibles que dije en esta entrada. Lo crean o no, nunca quise que alguien se sintiera intimidado o avergonzado después de leerla, y lamento profundamente que haya molestado a tanta gente […]”.

Por otro lado, Ginia Bellafente (2010) de la sección Televisión del diario estadounidense The New York Times afirmó en su artículo “A sitcom with more tan empty calories”, en español “Una sitcom con más que calorías vacías”, que la televisión ha terminado por despojar la poca confianza que hay en personas con estas características, ha mostrado que la delgadez es el estándar en personas de mediana edad y que la obesidad es una de las mayores lacras de estos tiempos. En Mike & Molly se hace una exploración sentimental y humana de la lucha de dos personas de mediana edad, asalariadas y con obesidad, por encontrar el placer lejos de las pastelerías y en contra de la objetificación.

Su llegada a Latinoamérica también contó con opiniones mixtas. Por un lado, Álvaro Cueva (2010) del periódico mexicano Milenio comentó que la misma era una serie fresca, entretenida y que mostraba, en comedia, un conflicto que pocas producciones se habían atrevido a tocar: la obesidad; además de que estaba seguro de que muchas personas se iban a identificar con sus situaciones. Por otro lado, Soledad Gutiérrez (2010) del diario chileno El Mercurio afirmó que en esta comedia no sólo los protagonistas tienen sobrepeso sino que la obesidad era uno de los ejes del guión, que la opinión estadounidense se dividía entre los que celebraran la inclusión de los obesos en una comedia estelar y los que advertían sobre lo ofensivo que algunos temas del show podían resultar para las personas que sufren de obesidad. De igual forma, en su artículo citó al siquiatra Juan Andrés Prato, director del Centro de Tratamiento de la Obesidad de la Universidad de Chile, quien manifestó que la presencia cada vez más de obesos, de personas con sobrepeso y con trastornos alimentarios en la televisión no era casualidad, sino que obedecía a una razón demográfica, existiendo un interés especial debido a que es un tema de salud contingente y cuya incidencia es altísima en la población. De otro lado, el mismo afirma que en general el tema no se toma de muy buena manera, se trata trivialmente o con un poco de bullying y aunque es bueno que exista más presencia de la obesidad (en televisión), esta es una enfermedad y tiene que ser tratada como tal. Finalmente, afirmó con respecto a la sitcom que debería conseguir tratarse (la obesidad) de manera normal, con humor no ofensivo, con delicadeza, por lo que lo ideal sería que el programa no estuviera centrado en reírse de esa diferencia.

Metodología

Para cumplir los objetivos planteados al inicio de este artículo, tanto el análisis del emisor desde el enfoque de la sociología de la producción de los mensajes, como el análisis al mensaje desde el enfoque de los estudios culturales, se implementaron dos técnicas respectivas para cada uno en dos fases diferentes.

En la primera fase se procedió a hacer una revisión bibliográfica a través de Internet que incluyó varias fuentes secundarias y centradas en los actores protagonistas, director, creador, productores ejecutivos y casa productora. Primero, se rastrearon las notas de la prensa estadounidense y de la prensa internacional donde se consignaran declaraciones sobre la sitcom emitidas por los mencionados. Segundo, se investigaron, incluyendo bases de datos sobre televisión, los currículos de los referidos en búsqueda de información sobre trabajos previos realizados así como actividades paralelas a su participación en la sitcom. Tercero, se consultó el sitio web oficial de la sitcom en búsqueda de información pertinente.

En la segunda fase se procedió a realizar un análisis de contenido para lo cual se tomaron los veinticuatro capítulos que conforman la primera temporada de la sitcom, emitidos en su totalidad por Warner Channel Latinoamérica en inglés con subtítulos en español. Se establecieron dos unidades de análisis. La primera compuesta por los personajes protagonistas Mike y Molly, de los que se vieron los aspectos: datos de identificación, apariencia física, vestimenta, hábitos alimenticios, actividad física, enfermedades relacionadas con la obesidad, expresión verbal sobre su obesidad, expresión no verbal sobre su obesidad, evidencia de realizar una dieta, relaciones amorosas previas, y relación amorosa con pareja actual. La segunda unidad compuesta por los personajes secundarios Carl, Joyce, Victoria, Peggy, Nana, Samuel y Vince, de los cuales se vieron los aspectos de: datos de identificación, relación que guarda con el/la protagonista, apariencia física, vestimenta, hábitos alimenticios, actividad física, expresión verbal sobre la obesidad, expresión no verbal sobre la obesidad, y posición asumida ante la relación sentimental entre los protagonistas.

Como limitaciones se cuentan que no se incluyó el product placement ni tampoco se realizó análisis al receptor, brindando ambos la oportunidad para ser profundizados en otros estudios posteriores. De otro lado, sólo se tomó la primera temporada de la sitcom, veinticuatro capítulos, dado que para la fecha de este estudio, apenas se iniciaba la transmisión de la segunda temporada.

Hallazgos

La sitcom de Mike & Molly fue creada en Estados Unidos por Mark Roberts (1961 – Urbana, Illinois), quien además es uno de sus productores ejecutivos y guionistas. Roberts tiene más de veinte años experiencia en el mundo del entretenimiento, primero como actor y luego como productor y guionista. Ha participado también en otras sitcom de gran éxito vigentes a la fecha de este estudio como son The Big Bang Theory (consultor ejecutivo) y Two and a Half Men (productor ejecutivo, co-productor ejecutivo, productor supervisor, guionista, director y actor). También participó en el corto documental titulado The Serious Business of Writing Comedy (2008) (El serio negocio de escribir comedia).

Los productores ejecutivos de la sitcom son Chuck Lorre (1952 – Long Island, Nueva York) y el ya mencionado, Mark Roberts. Lorre también cuenta con más de veinte años de trayectoria en la industria del entretenimiento con sitcom como Grace Under Fire, Dharma & Greg, Roseanne, Cybill, y las vigentes Two and a Half Men y The Big Bang Theory, donde ha sido guionista, productor, compositor musical, arreglista y director. Al igual que Roberts, también participó en el corto documental titulado The Serious Business of Writing Comedy (2008) (El serio negocio de escribir comedia).

El director es James Burrows (1940 – Los Ángeles, California), quien ha estado en la televisión estadounidense desde la década de los setenta, desempeñándose como director y ocasionalmente como productor, guionista y actor. Entre sus trabajos en sitcom se listan Gary Unmarried, Back to You, The Class, Will & Grace, Friends, Frasier, entre otras, y los episodios piloto de The Big Bang Theory y Two and a Half Men.

La sitcom cuenta con un pool de guionistas con experiencia en el género, además de Mark Roberts y Chuck Lorre, se encuentran Al Higgins, Don Foster, Julie Bean, Mark Gross, Carla Filisha y Jim Patterson.

La producción de la sitcom corre por cuenta de Bonanza Productions en asociación con Chuck Lorre Productions y Warner Bros Television, ubicadas las tres en Burbank, California (Estados Unidos). Bonanza Productions tiene como productores ejecutivos a Mark Roberts y Chuck Lorre, y producen u ofrecen servicios de producción a series televisivas de comedia y drama, gran parte de ellas relacionadas con Warner Bros, tales como Vampires Diaries, Bleep My Dad Says, Harry’s Law, entre otras. Por su parte Chuck Lorre Productions es la compañía de Chuck Lorre dedicada a la producción de sitcoms para Warner Bros, entre las que se destacan Two and a Half Men y The Big Bang Theory. Con respecto a Warner Bros Television, es una de las ocho divisiones de Warner Bros Entertainment Inc, una compañía líder mundial en la creación, producción, distribución, licenciamiento y mercadotecnia en materia de entretenimiento. A su vez, esta pertenece al conglomerado de medios estadounidense Time Warner, que también es el propietario del canal de televisión de paga Warner Channel Latinoamérica, por donde se transmite la sitcom para esta región.

Los actores protagonistas son Billy Gardell (1969 – Pittsburgh, Pensilvania), de 159 kilos de peso aproximadamente, y Melissa McCarthy (1970 – Plainfield, Illinois), de 120 kilos de peso aproximadamente. Gardell es comediante de profesión desde 1989 e incursionó en el mundo de la televisión como actor en el 2000. Ha interpretado varios papeles secundarios y ocasionales en diferentes shows. Es recordado por su papel del Oficial Hoyne en My Name Is Earl, siendo Mike Biggs en Mike & Molly su primer protagónico. Está casado con Patty Gardell y tienen un hijo. Su pareja en el show, McCarthy, se inició en el mundo de la actuación en 1997 donde ha tenido diversos papeles ocasionales y secundarios en televisión y cine, y también ha sido actriz de voz. Es recordada por su papel de Sookie en Gilmore Girls, siendo Molly Flynn en Mike & Molly su primer protagónico también, que de paso, le valió el premio Emmy 2011 como Mejor Actriz en una Serie de Comedia. Está casada con Ben Falcone y tienen dos hijas.

En lo que se refiere a los condicionantes individuales que tienen influencia en la sitcom, se encuentra la concepción que muestran el productor ejecutivo y el creador – productor ejecutivo sobre el origen de la comedia, visión que en este caso es distinta entre ambos. Por una parte, Chuck Lorre (2004) afirma que las limitantes en la socialización y las situaciones embarazosas constituyen una fuente de inspiración creativa y cómica. En una de las editoriales de su sitio web oficial dijo “El rechazo social, junto a los daños de tus amigos, crean la inseguridad y el odio a uno mismo que son necesarios para que un escritor ‘sepa dónde está lo gracioso’”. Asimismo, señaló que las situaciones adversas de la vida y la manera de afrontarlas permiten describir momentos cómicos que posteriormente llegan a la pantalla. En declaraciones a Esquire, Lorre (2010) comentó que “Las historias deben ser acerca de personajes que traten de sobrevivir el día a día. Los obstáculos en su camino, ahí es de donde viene la comedia”.

Por otra parte, Mark Roberts considera que la fuente de la comicidad está en las características de quien interpreta un personaje, mientras más cercano a la realidad sea éste, mayor efecto cómico causará en la audiencia. En una entrevista para Entertainment Weekly, Roberts (2010) declaró que en la mayoría de las sitcom los chistes aparecen ensartados y dichos junto a personas que no son reales, las mismas son bien parecidas y viven en apartamentos que no pueden permitirse sobre la base de los trabajos que ficticiamente desempeñan.

Con respecto a la sitcom, su creador y productores ejecutivos declararon que Mike & Molly no trataba sobre los problemas de gente con sobrepeso, ni intentaba ser agudo o políticamente correcto. “[La sitcom] es acerca de gente real con temas reales que intentan tener una relación”, dijo Chuck Lorre (2010). “La televisión generalmente tendría a los actores Chris O’Donnell y Courteney Cox como los protagonistas de comedores compulsivos anónimos. Puede ser raro para la televisión [la aparición de protagonistas obesos], pero espero que sea un reflejo de la realidad de algunos”, añadió. Lo anterior podría traducirse, tal como citan los diario El Mundo y El Norte (2010), que el gesto del mundo del entretenimiento por ir con personajes televisivos más corpulentos es parte de una tendencia que los productores han dicho, refleja el aumento de peso de los estadounidenses. Por otro lado, un reportaje sobre Lorre en ABC Guionistas (2010) declaró que “los guionistas de esta sitcom [Mike & Molly] deberían dejar de reírse de sus protagonistas y hacer chistes sobre su peso”.

En referencia a lo anterior, Mark Roberts (2010) a Entertainment Weekly dijo “Estas personas [Mike y Molly] se conocieron en una reunión de comedores compulsivos anónimos y a esto se debieron las bromas sobre el peso. Nosotros siempre visionamos que estas irían desapareciendo. El show es esencialmente, y siempre se ha tenido en mente, sobre dos personas que se enamoran y el valor de poner el mensaje de que cualquiera puede encontrar a alguien. Sobre esto es el show, la aceptación de cada uno y la aceptación de las diferencias del otro […]”. Por su parte James Burrows (2010), director de la sitcom, declaró a Los Ángeles Times con respecto al tema de la obesidad en la misma: “Pueden haber más o menos chistes sobre gordos en el show, pero no es sobre eso de que trata”.

El actor Billy Gardell (2010), Mike, en declaraciones consignadas en el diario El Mundo dijo “Somos gordos y el show es divertido. Todos los demás en la televisión pesan 37 kilos […] este es un show donde los espectadores pueden decir me veo así en lugar de jamás me veré así”. En declaraciones a SunSentinel.com, Gardell (2011) comentó “Los personajes principales resultan tener exceso de peso, pero éste es un show sobre dos personas que pudieron no haber caído nunca en el amor; sin embargo, se enamoran. Y eso es lo que atrae a la gente”. En otras declaraciones dadas a USA Today, Gardell (2011), afirmó: “Las quejas se han apagado así como los fans han llegado a conocer que el programa en sí es más grande que sólo bromas sobre gordos. Se trata de dos personas tratando de llevar una vida juntos y de estar enamorados”, más adelante añadió “Hay chistes sobre gordos, pero también hay bromas sobre el alcohol y bromas estúpidas. Es un show que parodia todo tipo de estereotipos, nadie es sagrado”.

Por su parte Melissa McCarthy (2011), Molly, en declaraciones dadas al Arizona Republic dijo que al saber del show no quería participar ya que la sola idea le molestaba y no quería leer el guión, sin embargo una vez tuvo mayor información, en especial de que era una co-creación del “gurú” de la sitcom Chuck Lorre, accedió a leerlo. “Yo no lo tomo como divertido en lo absoluto, soy bastante sensible con estas cosas, y aunque no es perfecto [Mike & Molly] sus personajes principales son más sensibles de lo que podía esperar”. Posteriormente añadió que le gustaba la idea de que la sitcom mostrara a la gente de clase media trabajadora, ya que es muy consciente de que Hollywood puede andar despistado sobre la gente común. En otras declaraciones McCarthy (2011) dijo a Los Ángeles Times “Nosotros dijimos que si al final de la temporada se seguía hablando sobre el peso, estaríamos en problemas, pero no lo hicieron. Entonces vamos por el camino correcto”. A la fecha McCarthy se encuentra en proceso de lanzamiento de una línea de ropa para mujeres de talla extragrande, cuyo proceso inició diseñando el vestido que lució en los premios Emmy donde resultó ganadora.

Mike & Molly, como se mencionó, está ambientada en la ciudad de Chicago, pero es grabada en los estudios de Warner Bros en Burbank, California. Casualmente, la abreviación de su nombre, M&M, evoca a m&m, una famosa marca estadounidense de caramelos gruesos y redondos de chocolate con leche (con o sin centro de cacahuate) recubiertos de una capa azucarada de variados colores.

Mike Biggs. Interpretado por Billy Gardell, es un oficial de policía del Departamento de Polícia de Chicago. Nacido en Chicago, hijo de padres divorciados, es de complexión física obesa, piel blanca, ojos verdes, cabello castaño oscuro, y de 35 años de edad (que se deduce por un comentario de su madre Peggy “No podrás dejar a un lado 35 años de maternidad”).

Curiosamente, la escritura y pronunciación de su apellido, Biggs, se asemeja al de las palabras inglesas big (grande) y biggest (más grande). Es evidente en la sitcom que el personaje conoce esta situación ya que en un episodio donde llega a una pastelería le aclara al repostero que su apellido es Biggs con dos “g”.

En la sitcom se alude que su obesidad se debe a que ingiere comida en exceso, dicho por el mismo, razón por la cual ingresa al grupo de comedores compulsivos anónimos con intención de bajar peso. Sin embargo, también se evidencia que su madre Peggy ha contribuido y sigue contribuyendo a esta situación. En un episodio ella menciona que cuando él era adolescente, ella le daba “cereal con una pala”, haciendo referencia al consumo de alimentos en gran cantidad desde muy joven. De igual forma, cuando Mike llega a su casa a visitarla, ella le sirve comidas con alto contenido calórico e incluso en una ocasión menciona que nadie consigue un cuerpo como el que él tiene si tuviera una mamá que fuera mala cocinera.

En cuanto a la vestimenta, aparece en la mayor parte de los capítulos vestido con su uniforme de policía. Cuando está de civil, usa pantalones de lino, sudadera y de mezclilla, siempre hasta los tobillos; así como camisas donde predominan las mangas largas, suéteres con manga hasta el codo, chalecos, chaquetas y chamarras. Los colores de su ropa suelen ser oscuros y telas de cuadros. En un episodio, acude a comprar ropa para su primera cita amorosa con Molly y le menciona al vendedor de la tienda que es otoñal y que no le gustan los colores llamativos ni las rayas horizontales, para disimular su gordura, sin embargo, termina por comprar un suéter verde limón con figuras en blanco y rojo enfrente. Otras prendas con las que aparece son ropa de boliche -incluyendo camisa a cuadros y tenis especiales para este deporte- y batas de baño en tonalidades claras y oscuras que no dejan piel a la vista, pues siempre lleva una camiseta y pantalones largos debajo de esta. Cabe destacar que en las escenas de cama con Molly, Mike siempre aparece vestido con una camiseta de manga corta o bata de baño, e incluso en una ocasión duerme con unas botas de
piel de víbora puestas (a petición de Molly). Se encontró que en este tipo de escenas el personaje no enseña piel más alla de sus brazos desde el codo hacia la muñeca.

Sobre sus hábitos alimenticios, se encontró que consume alimentos sólidos y líquidos en 58 ocasiones, por lo que se puede decir que se le muestra comiendo o se hace referencia de que ya lo hizo o lo hará unas 2.4 veces por capítulo. Se encontró también que los alimentos que más consume son café y aquellos ricos en grasas y azúcares. Por otra parte, los tipos de alimentos que menos consume son legumbres, tubérculos y frutos secos los cuales ingiere en sólo una ocasión. En 13 ocasiones no fue posibe determinar qué alimento y/o bebida consumió ya que no era claro en pantalla.

En referencia a la realización de una actividad física, menciona que hace ejercicio tres veces por semana y en una bicicleta durante media hora cada mañana; sin embargo, en ningún momento se le muestra en dicha labor.

La obesidad le ha generado enfermedades, tal como se evidencia en la sitcom, Mike padece de apnea del sueño que se manifiesta por los ronquidos de alto volumen que hace al dormir. Esto le ha llevado a usar al momento de acostarse, una máquina que controle los mismos y le ayude a respirar mejor. Al principio Mike se apena ante Molly para usarla, pero luego lo hace a petición de ella ya que el ruido no la deja dormir.

Para analizar la representación de la obesidad en Mike, se consideró también su expresión verbal y no verbal acerca de su complexión física. El personaje se expresó verbalmente sobre su cuerpo en 1.5 ocasiones por episodio. De las 37 referencias que hizo, 28 fueron negativas, dato que sugiere que Mike hace al menos una referencia verbal negativa sobre su complexión física por capítulo. Algunas de estas son: “Las voces en mi cabeza empezaron a decirme lo perdedor que soy, cómo nunca nadie va a quererme y, bueno, que pasaré los últimos días de mi vida solo, en un apartamento oscuro, con la única compañía de seis o siete gatos que cometieron el error de vagar por mi campo gravitatorio”, “… y luego ruego para que me de fuerzas para levantar mi gordo trasero del suelo”, “Mira, si sólo pudiera comerme doce (papas a la francesa), esta camisa no parecería como si fuera hecha en una tienda de lonas”.

Las referencias verbales positivas sobre su complexión física son pocas. Un ejemplo es cuando Mike dice: “De todas maneras, para resumir, están viendo a un hombre feliz, seguro y ligeramente más pequeño del que vieron aquí una semana atrás. Gané la batalla aquí, gané la batalla aquí”. Este fragmento de diálogo está relacionado con el hecho de que Mike se encuentra haciendo una dieta como parte del programa en comedores compulsivos anónimos y es positivo porque manifiesta que está adelgazando, pero a su vez negativo ya que tiene implícito un sentido de rechazo hacia su complexión física actual.

En cuanto a las expresiones no verbales, Mike sólo hace 3 referencias con su cuerpo acerca de la obesidad, las cuales son negativas. Ejemplo de ello ocurre en el primer episodio, cuando da un discurso en la reunión de los comedores compulsivos anónimos: “Hola, mi nombre es Mike. Soy un comedor compulsivo. Tuve una semana bastante limpia, perdí tres kilos. Luego me quité la camisa y los encontré justo aquí” y alza uno de sus brazos y se sujeta el tríceps en forma de burla.

Cabe destacar que el personaje en alguna ocasión muestra su inconformidad por el uniforme de policía y le comenta a su compañero y amigo Carl que ésta debería ser más holgado. De igual manera, sobre su autoconcepto, Mike se niega a tener relaciones sexuales con Molly en un inicio ya que, menciona, le avergüenza mostrarse desnudo ante ella debido a la gordura, así como también le apena medirse ropa en público porque le incomoda. Por otro lado, es bastante tolerante con los comentarios que sobre su cuerpo realizan los otros personajes de la sitcom. En una ocasión le dice a Molly que no le molesta uno que otro chiste de gordos, y en otra le dice a Samuel quien lo ha estado molestando, que le ha permitido algunos comentarios pero que con el más reciente se está pasando de la raya.

Tal como se ha comentado en líneas anteriores, se encontró evidencia de que Mike está realizando dieta como parte de estar en el programa de comedores compulsivos anónimos.

En total se encontraron 15 referencias que evidencian se ha sometido a un proceso de adelgazamiento por medio de esta. Por ejemplo, cuando Mike le comenta a Carl que está haciendo una dieta que apareció en la revista Modern Bride; cuando le pide al mesero Samuel si le puede poner su licuado de dieta en un vaso de malteada para no rechazar el suplemento dietético; cuando le comenta a Molly en el boliche que está teniendo éxito en la dieta y que planea ir a la playa el próximo verano y mostrarse sin camisa. Otro tipo de evidencias sobre dieta consisten en evitar comer hot dogs en un partido de béisbol a cambio de consumir palitos de zanahoria, o de manera verbal comentar con otros personajes que está perdiendo peso, pero también las tentaciones que lo invitan a ingerir comida.

Sobre la existencia de relaciones amorosas pasadas, se encontraron 3 referencias a las mismas. En particular se habla de una mujer llamada Ramona, de la India; una “rubia oxigenada con dientes raros”, según Peggy, la madre de Mike; y una mujer transexual.

La relación amorosa entre Mike y Molly tiene múltiples manifestaciones en la sitcom. Se encontraron un total de 74 referencias verbales y 28 no verbales que realiza Mike sobre su romance con ella. La mayor parte de las referencias verbales ocurren cuando habla con otros personajes acerca de su noviazgo en diversas situaciones como la primera cita, el Día de Acción de Gracias o el Día de San Valentín. En las referencias, Mike demuestra que ama a Molly e incluso sufre de celos cuando conoce a un ex-novio de ella, un pastelero que cree que la puede pretender nuevamente hasta que se entera que es este es gay. Mike también defiende la relación frente a su madre y en una ocasión le dice que ama a Molly y que debe acostumbrarse a eso. Varias referencias también indican que llevan una vida sexual activa. Al final de la primera temporada, Mike le pide matrimonio a Molly en el salón de clases frente a sus alumnos.

Una expresión verbal que ejemplifica el amor de Mike hacia Molly es cuando este le dice: “Desearía haber sido uno de tus estudiantes. Me hubiera sentado justo al frente y mirado esos hermosos ojos verdes todo el día. Usted se ve realmente linda hoy, Srta. Flynn”. De otro lado, en el segundo episodio Mike le comenta a Carl con plena seguridad de que se casará con Molly.

En cuanto a las referencias no verbales se encuentra la manera en que Mike mira a Molly y las diversas acciones que hace por ella como comprarle un pastel por el Día de San Valentín, enseñarle a tirar una bola de boliche abrazándola por la espalda, sonreírle, besarla, abrazarla mientras lava los platos, comprarle una pulsera de diamantes en Navidad, comprarle una rosa y unos bombones, darle a Molly una copia de la llave de su departamento, entre otras.

Molly Flynn. Interpretada por Melissa McCarthy, es una mujer estadounidense, de padre fallecido, blanca, con una edad aproximada de 35 años. Sus ojos son verdes, su cabello castaño claro, y presenta una complexión física obesa. Se desempeña como educadora de cuarto grado de primaria en la Walter Payton Elementary School, escuela ubicada en la ciudad de Chicago.

Su vestimenta varía entre los pantalones largos para el trabajo y para estar en casa, y los vestidos florales a la rodilla o debajo de la rodilla para salir. Sus blusas son principalmente de manga larga o a tres cuartos de manga, y suele portar suéteres o chaqueta. Gusta también usar bufandas. Los colores de su preferencia son sobrios, aunque en algunas ocasiones porta tonalidades llamativas.

En cuanto a sus hábitos alimenticios identificados durante la primera temporada de la sitcom, cabe señalar que aparece expuesta 52 veces en situaciones de consumo de alimentos, por lo que puede indicarse que el personaje se exhibe comiendo al menos dos veces por capítulo. Al respecto sobresale que la mayoría de los productos que ingiere son de carácter nutritivo. Y es que si bien su consumo de grasas y azúcares es significativo (aparece en pantalla consumiéndolos 16 veces, a comparación de las tres veces en que se distingue comiendo productos del grupo de las legumbres, los tubérculos y los frutos secos), la mayoría de las comidas del personaje se componen de dosis racionadas de verduras, distintos tipos de carnes, cereales y bebidas.

Podría indicarse que este balance alimenticio obedece al fuerte deseo de Molly por seguir un régimen que corrobore a disminuir su complexión (“estamos -ella y Mike- tratando de dejar los dulces”, señala en el capítulo 24, evidenciado su interés en evitar los productos ricos en calorías), acompañado de ejercicio aeróbico (como el que se muestra en el primer capítulo), aunque se desconoce la frecuencia con que lo realiza. Incluso, con el propósito de recibir una guía profesional y también apoyo emocional para perder kilos, acude con regularidad a reuniones de comedores compulsivos anónimos.

Cabe señalar que si bien la concepción de Molly respecto a su gordura es principalmente negativa, al considerar el tipo de referencias que hace sobre la misma (12 negativas, 9 positivas y 5 indeterminadas), este personaje está consciente de que, en parte, su complexión se debe a una herencia genética paterna, por lo que sabe que la posibilidad de que sea una persona delgada es escasa. Sin embargo, ella intenta llevar un estilo de vida saludable que la permita ser feliz de manera integral. Un ejemplo que sustenta con claridad lo anterior, es el discurso que la maestra expone en una reunión de comedores impulsivos, durante el primer capítulo:

“Creo que he tenido problemas con la comida desde que tengo memoria. Una vez mi padre tuvo que escribir un cheque por 280 dólares a las Niñas Exploradoras de América por “innumerables galletas”. Dios lo bendiga, nunca dijo ni una palabra. Nunca me hizo sentir mal por ello. Porque él mismo pesaba unos quinientos kilos, así que… De todas formas, sé que nunca voy a ser una talla dos. Quiero decir, y eso está bien, porque resulta que me gusta quien soy. Saben, no hay nada malo conmigo como persona. Soy inteligente, soy divertida y ¡reciclo! Sólo tengo que aprender a controlar mi alimentación, saben, sin llegar a desmayarme en un White Castle Drive Thru, como mi padre. Y eso fue su tercera vuelta. Eso es todo. Oh, y me encantaría ser capaz de entrar en un club nocturno sin que cada reina en el lugar salte sobre mí como si yo fuera una carroza del Orgullo Gay”.

Concerniente a su vida amorosa, durante la primera temporada de la serie se hace referencia a que ha tenido una o más relaciones previas a Mike, las cuales, de acuerdo a lo que dice, no han durado más de cinco años, “excepto la que tengo con el Coronel Sanders (de Kentucky Fried Chicken)”, señala a manera de broma en el quinto capítulo. Asimismo, en el capítulo siguiente, Molly le dice a su madre y hermana, antes de su primera cena a solas con Mike en el departamento de éste, que ella tiene 18 meses, cuatro días y cinco horas sin tener relaciones íntimas. De igual modo, en el capítulo 16 de la sitcom se indica que estuvo comprometida en matrimonio con un hombre caucásico de complexión atlética y de profesión repostero, a quien conoció en la universidad y que decidió romper su noviazgo con la misma tras revelarle que era homosexual.

Se evidencia que tal episodio de su vida genera vergüenza en Molly, pues ella menciona en el capítulo 16 que: “lo crean o no, intentar explicar […] que casi me caso con un gay es un poco humillante para mí (pues muestra el hecho de) que estaba tan desesperada por tener novio que estaba dispuesta a pasar por alto algunas pistas bastante obvias. Quiero decir, mamá, me pintaba las uñas de los pies mientras mirábamos Sex and the City”.

Respecto a su relación con Mike, ella es quien tiende a ser más racional. Aunque es relativamente poco el tiempo (siete meses) en el que los dos personajes se comprometen en matrimonio, Molly refiere que el ritmo de su vínculo debe de ser más pausado, con el propósito de no cometer errores que se cometieron en el pasado y de disfrutar la relación en todas sus etapas. “Bueno, uno de nosotros debe ser fuerte. Y claramente no eres tú. Así que me voy a casa… Gracias por un adorable fin de semana”, le dice a Mike, por ejemplo, en el séptimo capítulo, tras pasarlo juntos en el departamento de este. Un día después, en el mismo capítulo, Mike le habla a Molly para saludarla, pero ella se porta un tanto fría. Su mamá se percata de lo anterior, le llama la atención por su poca efusividad, a lo que Molly le responde: “Bueno, qué quieres de mí, estoy tratando de tomarlo con calma. De otra manera, haré lo que siempre hago con los hombres. Terminaré enviando demasiados poemas, y comprando esos estúpidos regalos”.

Por su parte, Molly suele mostrar su cariño a Mike, esencialmente, a través de expresiones no verbales como abrazos y besos (se presenta casi tres expresiones de esa clase por capítulo), pero también emplea ciertas palabras afectivas para referirse a él como “cariño”, aunque con menor recurrencia, y neutrales como “amigo”, “señor” o “adulador”. En la serie se hace alusión en diversas ocasiones a que el personaje tiene una vida sexual activa (al menos siete durante la primera temporada). Asimismo, la maestra tiende a presionar a Mike para realizar una mayor cantidad de actividades, además de ver televisión, comer y tener sexo, lo que se convierte en una discusión frecuente a lo largo de la sitcom. Un ejemplo de lo previo es la invitación que hace Molly al policía, durante el capítulo 17, a la que Mike es renuente:

“Míranos, cenando en la mesa, uno frente al otro en vez de solo zamparnos comida para llevar delante de la tele. Es lindo ¿verdad?… Es romántico… Sabes, Mike, es importante para nosotros mantenernos conectados con el otro. El sexo no es la única forma de expresar intimidad… Oye, tengo una idea, olvidémonos de los platos y salgamos a hacer algo divertido… Sí, tú y yo, metámonos al coche y veamos a dónde nos lleva la noche… ¡Vamos! Vivimos en una de las mejores ciudades del mundo. ¡Vayamos a explorarla! Mike, no me puedo sentar más en el sofá a ver televisión, vayamos a hacer algo divertido este fin de semana…”

Acerca de esta discusión, Molly le comenta a su hermana Victoria: “Nos hemos convertido en una vieja pareja casada. Ya no quiere salir más, ni siquiera puedo sacarlo del sofá… No voy a sentarme a esperar a que me lleve por ahí. Si quiero hacer algo divertido, voy a hacer algo divertido… ¿Quieres venir conmigo? No quiero ir sola”.

Otro motivo de debate que suele existir entre los dos personajes, es el de la relación de Mike con su madre, Peggy. Y es que a consideración de Molly, ésta suele sobreprotegerlo y con frecuencia presenta obstáculos para que ellos consoliden su vínculo sentimental. Ejemplo de lo anterior es cuando, en el sexto capítulo, Peggy finge estar enferma de gravedad al enterarse de que una mujer, Molly, se encuentra en el departamento de su hijo, lo que obliga a que ellos se trasladen hasta su casa para atenderla. Asimismo, otra evidencia se presenta en el capítulo 13, cuando se desarrolla una riña entre las mujeres por tener la custodia de Mike para cuidarlo mientras éste se encuentra enfermo de gripa. Finalmente, tanto Molly como Peggy logran establecer una relación que les permite convivir con tolerancia, lo que ayuda a que su relación con Mike mejore.

Por último, debe subrayarse que al final de la primera temporada, Molly insinúa a su pareja el interés de formalizar su relación (“estoy en mis treintas y me gustaría tener hijos algún día…”), a lo que Mike primero reacciona con duda y después con decisión, al proponerle matrimonio. Sin embargo, es también pertinente indicar que ella, antes de la propuesta formal de él, siente que ha apresurado el vínculo, de manera que se arrepiente por haberle hablado indirectamente sobre su deseo de casarse. “No sé, mamá, siento que he estado presionando a Mike desde el día uno de nuestra relación. Yo lo invité a salir. Fui la primera que quiso que nos acostáramos. Quizá debería retroceder hasta que sepa qué es lo que realmente quiere… Quiero casarme con él algún día. Pero no quiero que sienta que lo estoy presionando”, le menciona a Joyce en el último capítulo. No obstante, la situación entre los dos recobra el equilibrio una vez que ambos se percatan de que están listos para llevar a su noviazgo a otro nivel de compromiso.

Carlton “Carl” McMillan. Interpretado por Reno Wilson, se desempeña como policía del Departamento de Policía de Chicago. Es el compañero de trabajo de Mike desde hace cinco años y también su mejor amigo. Estadounidense, afrodescendiente, sin edad conocida, soltero, de complexión física mediana de la que manifiesta estar satisfecho (“tengo una magnífica condición física” afirma), dice gustar de las cosas sucias como prostitutas, líneas calientes, strip clubs, sex chats, y no le gusta o le teme a los compromisos. Ocasionalmente, coquetea con Victoria, la hermana de Molly.

Vive con su abuela Rosetta “Nana” con quien lleva una relación muy tirante, ya que ella desaprueba varios de sus comportamientos, sin embargo él la ignora a pesar de que esta lo desluce constantemente frente a otros. Él dice vivir con ella porque es una pobre mujer, a pesar de que ella se vale por sus propios medios y en varias ocasiones le insiste que busque casa propia (por lo que las mujeres con que sale las lleva al departamento de Mike). Hace referencia a que su padre está vivo y vive otra ciudad, sin embargo, tienen una relación distante ya que este tenía dos trabajos para poder sostener la familia por lo que lo veía poco. Su religión es bautista o baptista y asiste junto con su abuela a la Pilgram Baptist Church of South Chicago, en donde forma parte del coro y ocasionalmente reemplaza a la pianista.

Su vestimenta suele ser el uniforme de policía, y cuando está de civil usa ropas con colores vivos, camisas manga larga, pantalones largos, chaquetas, sacos gruesos, bufandas y gorras. Con respecto a sus hábitos alimenticios se le presenta consumiendo alimentos en 40 ocasiones, es decir, 1.6 veces por capítulo, y se incluyen comidas calóricas como tocino, malteadas, salchichas, huevos revueltos, hamburguesas, y bebidas como cerveza y gran cantidad de café. Por otro lado, no se le presenta ni tampoco hay alusión a que realice alguna actividad física como ejercicio.

Gran parte de su tiempo libre lo pasa con Mike, al que demuestra tenerle gran estima y lo considera su mejor amigo, ocasionalmente riñen por temporadas en su trabajo pero terminan reconciliándose al poco tiempo. Carl juega un papel dual, si bien por un lado cuida de Mike (le ayuda a seguir su dieta evitando que se atasque de comida cuando está decepcionado, que luzca bien para su cita, le brinda apoyo moral cuando está triste, lo felicita cuando ofrece fuerza de voluntad ante la comida) y está presto a escucharle sobre sus asuntos con Molly, también es el personaje que más burlas hace sobre la complexión física del mismo o continua las burlas que Mike hace sobre su obesidad. Se encontraron 15 referencias verbales casi todas negativas y 2 referencias no verbales ambas negativas acerca de la obesidad del protagonista, sin embargo, no se encontró ninguna evidencia de burlas hacia la obesidad de Molly.

Algunas de estas son: “Sabes, debería dispararte en este momento pero no tengo suficiente tiza para delinear tu cuerpo”, “Jesús, es como abrazar un futón”, “Y aquí hay otra idea, quizás podrías mudarte a Japón, un hombre grande es como un dios por allí”, “Dios no pudo llevar a Molly a la montaña, así que trajo la montaña a Molly … tú eres el maldito Himalaya”, “Cuando te agachaste a amarrar tus zapatos tu cartera no parecía que estuviera tratando de escapar de tu trasero”, “Bueno, trato de mirar a otro lado, pero esa cosa (su trasero) es como un Imax”, “El boliche era tu campo de ventaja, el único lugar que te queda para brillar es la Casa de los Pies (tartas)”, “Esta cosa (la gorra de policía) salta de su cabeza como un corcho de champagne”, “… eres un hombre pechugón que se pone camiseta en la ducha”, entre otras. Carl hace las bromas a pesar de que sabe que Mike se siente incómodo con respecto a su cuerpo y que la comida representa un gran dilema para él (sin embargo parece que a Mike no le afecta este comportamiento, en una ocasión le dice a Molly que no le molesta una que otra broma de gordos).

Con respecto a su posición ante la relación de Mike y Molly, esta es positiva, como se comentaba, ya que se encuentra dispuesto a escuchar a Mike cuando conversa sobre ella, le acompaña a casa de ella cuando este se lo pide y en una ocasión comenta que espera que ella sea buena para él. Cuando Mike le propone matrimonio a Molly en la escuela, él dice “Niños por favor cállense, es un momento precioso”. Por otro lado, también se encela y siente desplazamiento, ya que Mike en ocasiones incluye a Molly en actividades que eran propias de ellos dos, como por ejemplo, invitarla al estadio a un partido de béisbol.

Samuel. Interpretado por Nyambi Nyambi, es un hombre de origen africano, específicamente de Senegal, de ojos negros, cabello oscuro y piel oscura. Su complexión corporal es delgada y no se especifica su edad ni tampoco su apellido. Es el mesero del restaurante donde comen regularmente Mike y su compañero de trabajo Carl, y dice estudiar Literatura en la Universidad de Illinois.

Su vestimenta se compone de pantalones de mezclilla, tenis y camisetas de manga corta de equipos deportivos con una playera de manga larga debajo. En la mayoría de las ocasiones aparece con un sombrero étnico de diversos colores y collares, una pulsera de conchas y un reloj. En uno de los capítulos aparece vestido con una camisa larga étnica y un sombrero del mismo color y estilo.

Con respecto a sus hábitos alimenticios, se encontró que Samuel solamente en 3 ocasiones consumió comida y/o bebidas, específicamente: pavo, papa, verduras, alcohol y café. De igual manera, el personaje no se mostró realizando algún tipo de actividad física ni menciona que practicara alguna.

Las expresiones que hace Samuel acerca de la obesidad están relacionadas con el personaje de Mike, a quien dirige constantemente comentarios sobre su complexión física. Samuel tiene una visión negativa acerca de la obesidad pues da a conocer 17 expresiones verbales en contra de Mike y su complexión física. Las expresiones caen en el sarcasmo, burlas y críticas sobre la gordura del protagonista. Ej: “Disculpa que pregunte, pero esta comida parece insuficiente para un hombre de tu tremenda circunferencia”, “No puedo creer la presión que ustedes los americanos sufren en las fiestas, ¿y por qué? Ustedes viven en casas
bonitas, tienen auto, y se nota que tienen suficiente comida”, “Sabes, en la aldea en la que crecí un hombre grande como tú tiene a todas las mujeres […] Un hombre grande representa una gran riqueza y poder, ve a mi país, te montarían más chicas que la espalda de un elefante”.

Sobre las referencias no verbales que hace Samuel con relación a la obesidad, sólo existe una referencia y es de tipo negativa. En una escena, Samuel le dice a Mike que vaya a comprarle un regalo bonito a Molly para Navidad mientras lo toma de las mejillas y le mueve la cabeza de un lado a otro.

Acerca de la posición de Samuel sobre la relación amorosa entre Mike y Molly, es de tipo neutral; sin embargo, utiliza este hecho para burlarse de Mike, pues en un capítulo le comenta a Molly: “Escuché que el hombre grueso estaba viendo a alguien, pero por supuesto asumí que eras imaginaria” y de paso la recomienda que guarde un chocolate Snickers en su bolso y que lo use calmarlo cuando esté furioso.

Joyce Flynn. Interpretada por Swoosie Kurtz, es una madre de familia estadounidense, viuda, de piel blanca, complexión delgada, con ojos azules y de cabello teñido en rojo, con una edad que supera los 60 años. Su vestimenta suele ser ceñida al cuerpo. Gusta de las blusas sin mangas, escotadas y con holanes en el área del pecho, además de la ropa deportiva para estar en casa. Para salir, prefiere los vestidos entallados, a la altura de las rodillas, y encima porta chaquetas modernas. Los colores que suele vestir son variados, usando por igual tonalidades claras y oscuras según sea la ocasión.

En cuanto a sus hábitos alimenticios, Joyce es presentada con poca frecuencia en situaciones de consumo equilibrado de alimentos (10 veces), a comparación, por ejemplo, de su hija Molly (26 veces). Su ingesta de bebidas es, más bien, lo que predomina en su dieta, destacando entre ellas el café y el vino (aparece en escena consumiéndolas al menos una vez cada capítulo). La mamá de Molly y Victoria, asimismo, se muestra comiendo alimentos ricos en grasas en 12 ocasiones (una cantidad menor a las 17 veces en las que se exhibe a su hija consumiéndolos) y cabe señalar que cuando lo hace, no presenta remordimiento de conciencia alguno, probablemente porque tiende a no aumentar de peso con facilidad. De igual modo, es pertinente decir que no existe evidencia de que Joyce efectúe alguna actividad física, más que en una sola ocasión en la que se señala que practica yoga con su actual pareja, Vince, quien, cabe señalar, es visiblemente menor que ella. Este aspecto sobresale en el sentido de que, pese a su edad y a su estatus civil, Joyce continúa siendo una mujer activa en el plano amoroso y en el sexual. Podría señalarse que su aspecto físico atractivo y su personalidad afable contribuyen a dicha situación.

Respecto a su visión sobre la obesidad, compete hacer una diferenciación, ya que la aborda de distinta manera, en el caso de su hija Molly y en el caso de Mike. Mientras que con Molly, adquiere el papel de justificarla debido a la herencia genética por parte de la familia de su difunto esposo (“No eres gorda, eres de huesos amplios” y “Los cisnes vienen en todos los tamaños, niña”, le señala con frecuencia a Molly), con Mike se encarga de burlarse de esta, pues en varias ocasiones (ocho) alude de manera cómica a la misma. Frases como “¿Te vas a quedar a dormir, gordito relleno de toneladas de diversión?”, “¿A qué hora es el Iuau allí, Big Kahuna?”, “¿Te quedaste atorado bajo un puente o algo?”, “Yo trataré de poner a Shrek (refiriéndose a Mike) en hielo”, entre otras, son recurrentes por parte del personaje hablando acerca de la pareja de su hija.

Concerniente a la opinión que Joyce tiene acerca de la relación entre Mike y Molly, debe indicarse que desde un inicio la acepta. Pese a que en diversas ocasiones, su hija se queja con ella sobre algunos aspectos de su vínculo con el policía, en términos generales Joyce lo concibe como un buen prospecto para Molly. En el capítulo ocho, por ejemplo, la mamá de Molly dice respecto a Mike, dirigiéndose a sus dos hijas: “Saben, es bueno tener a un hombre en casa nuevamente”. Así también, podría indicarse que en el capítulo 22, su estima hacia el policía se incrementa, pues al encontrarse enemistada con su pareja, Vince (pues ella piensa que la engaña, a causa de una sospecha incorrecta que tiene Molly al respecto), Mike funge como su consolador, e incluso, como un intermediario entre Joyce y su novio, colaborando a su reconciliación.

Es importante, comentar, de igual modo, que Joyce suele aconsejar a Molly sobre la forma de llevar la situación, de manera madura y comprensiva, cuando ella y Mike encuentran enojados o atraviesan por circunstancias de conflicto. Esta posición conciliadora se evidencia, por ejemplo, en el noveno capítulo cuando Molly se molesta con Mike por haber protagonizado una escena de coqueteo con una mujer del grupo de comedores compulsivos anónimos. Tras comentarle a su mamá sobre lo sucedido, Joyce le sugiere a su hija no exagerar la situación, y por el contrario, hablar con Mike sobre su enojo para que lleguen a un acuerdo.

Victoria Flynn. Interpretada por Katy Mixon, es una mujer caucásica de complexión mediana, curvas pronunciadas, ojos café, cabello castaño oscuro y una edad de 30 años (los cumple dentro de la serie). Ella es, en términos generales, una fémina sensual a la que todos los hombres desean, característica que suele aprovechar sin remordimiento alguno, no obstante, menciona que pocos varones la toman en cuenta para entablar una relación formal con ella.

En su vestimenta predomina la ropa entallada, gusta usar pantalones cortos, vestidos ceñidos, minifaldas, blusas escotadas, chaquetas sin abrochar, cinturones que remarcan su cintura y botas invernales. Los accesorios como los aretes, collares y pulseras son fundamentales en su guardarropa. Emplea una amplia gama de colores, desde los sobrios y oscuros hasta los claros y llamativos. Precisamente su sentido de la moda, aunque a manera de humor negro, lo transmite a su profesión, ya que se dedica a maquillar cadáveres en una funeraria.

Respecto a sus hábitos alimenticios, aparece consumiendo alimentos al menos una vez cada capítulo, dentro de los cuales destacan los líquidos, especialmente el vino que consume con mucha frecuencia, y los productos ricos en grasas y azúcares (23 veces y 12 veces, respectivamente, los ingiere durante toda la temporada). Vale la pena destacar, asimismo, que al igual que en el caso de su madre, cuando Victoria consume alimentos calóricos, no muestra remordimiento de conciencia alguno, por el contrario, subraya disfrutarlo. También compete decir que no existe evidencia de que Victoria efectúe alguna actividad física, y que se le exhibe fumando marihuana de forma significativa (aunque no se cuantificó por no ser pertinente a los objetivos).

Acerca de su concepción sobre la obesidad, la hermana de Molly tiende a ser neutral en sus comentarios sobre tal estado fisionómico, 9 son las veces en las que se refiere a éste y la mayoría son de carácter indefinido o cómico, sin llegar a ser insultantes. Debe señalarse que Victoria es el único personaje que realiza comentarios directos y negativos sobre la obesidad de Molly: “¿Por qué está siendo tan mala conmigo? ¿Está en una nueva dieta?” y “Oh, mamá, por favor, dale una galleta o algo” son las ocasiones en que Victoria alude a los hábitos alimenticios de su hermana y sus respectivas consecuencias emocionales.

En cuanto a su perspectiva sobre la relación de Molly con Mike, ésta es de carácter positivo. Victoria suele tratar con amabilidad a Mike, dirigiendo hacia él sinceras y notorias sonrisas cada vez que interactúan. Cuando su hermana llega a hacer algún comentario negativo sobre el policía, ella trata de justificar su comportamiento sobre la base de su propia experiencia con el género opuesto. Frases como “los hombres son así, no te preocupes”, son recurrentes en este personaje como respuesta a las quejas de su hermana.

Peggy Biggs. Interpretada por Rondi Reed, es la madre de Mike. Es una mujer de edad desconocida aunque puede evidenciarse que supera los 55 años, estadounidense, malhumorada, divorciada, de ojos verdes, cabello negro, piel blanca y complexión física mediana. Menciona que trabajó un tiempo en jornada completa como cocinera en la cafetería de una escuela. Al final de la temporada se conoce que tiene una relación con un amigo de su iglesia (no se especifica cuál) llamado Dennis.

Su vestimenta se compone de pantalón de vestir, blusa de botones y un suéter o chaleco, y chamarras para la nieve. Su calzado consiste en zapatos de piel, y entre los accesorios se encuentran unos anteojos que usa con frecuencia y su anillo de compromiso.

Con respecto a sus hábitos alimenticios, Peggy aparece solamente en 3 ocasiones consumiendo comida y/o bebidas, concretamente, pavo, papa, ensalada y café. Menciona que saca a pasear a su perro, Jim, por lo que esto puede considerarse el caminar como una actividad física realizada por ella.

En lo referente a las expresiones verbales y no verbales sobre la obesidad, Peggy realiza 9 comentarios acerca del sobrepeso dirigidos a Mike. Todas las referencias verbales y no verbales sobre la obesidad son negativas. También se evidencia que ella ha contribuido y sigue contribuyendo a la obesidad de su hijo. En un episodio ella menciona que Mike nació siendo pesado y en la adolescencia le daba “cereal con una pala”, haciendo referencia al consumo de alimentos en gran cantidad muy joven. De igual forma, cuando Mike llega a su casa a visitarla, ella le sirve comidas con alto contenido calórico e incluso en una ocasión menciona que nadie consigue un cuerpo como el que él tiene si tuviera una mamá que fuera mala cocinera.

Algunos de sus comentarios son: “Oye, intenta marcar un número cuanto estás cargando 150 kilos de peso muerto (refiriéndose a Mike) en el coche”, “¿Nada de caramelos, eh? Es probable que no hayan sobrevivido al viaje”, “He puesto una carga de tu ropa blanca en la secadora, tuve que aplicar mas quitamanchas en las manchas del estómago, parecía que estuvieras sudando mostaza”.

En relación a la expresión no verbal ocurre cuando Mike está resfriado y ella le está untando mentolando en los pies con expresión de fastidio y moviendo las manos con fuerza y dice: “Te saca por ahí toda la noche (Molly), te pone enfermo como un perro, y luego me deja a mí con la desagradable tarea de untarte tus grandes y apestosos pies”.

Es una madre sobreprotectora y exige mucho de la atención de Mike a quien telefonea constantemente (especialmente cuando está con Molly), recurre en varias ocasiones al chantaje emocional (aprovechándose de que su hijo la considera una mujer vulnerable) y trata de proteger de quienes hieran nuevamente sus sentimientos. Ella es quien le recuerda a Mike al menos dos de sus relaciones previas a Molly (además de decir que su espalda se pone más ancha cada vez que una mujer le rompe el corazón) y aborda a esta de una manera descortés cuando la conoce, al decirle que pensó que era un hombre ya que la sombra de su nariz le hacía parecer que tenía bigote. Asimismo, Peggy insinúa que tiene hábitos desagradables o que incluso Mike se avergüenza de ella. Si bien en un principio mantiene esta actitud, termina cediendo cuando en una de las discusiones con su hijo este le dice que ama a Molly y que debe acostumbrarse a eso.

Vincent “Vince” Moranto. Interpretado por Louis Mustillo, es propietario de una empresa
que fabrica las pequeñas almohadas que se usan en los aviones, a la que se paso, da a entender que emplea mano de obra infantil. Es el novio y posteriormente prometido de Joyce, la mamá de Molly. Estadounidense, italoamericano, viudo, con calvicie moderada, con una contextura física con sobrepeso, sin edad conocida aunque su apariencia física da a entender que supera los 50 años (siendo al menos 6 años menos que su pareja). Lleva una vida sexual activa y es consumidor habitual de Viagra a la que hace referencia en varias oportunidades, especialmente, como él afirma, para seguirle el ritmo a Joyce. En un episodio se revela que se avergüenza ante ella el no haber terminado el bachillerato.

Vince es consciente de que Molly no gusta de él por considerarlo ordinario para su madre, sin embargo su relación mejora cuando esta le ha calumniado ante ella y en disculpa le ayuda a estudiar para pasar su examen de grado (aunque finalmente le da a comer unos brownies con marihuana preparados por Victoria para que así tenga más confianza al presentarlo). Su relación con Victoria es más neutral sin haber mayores referencias. Con respecto a Mike lleva una relación más cordial a quien en ocasiones invita para ir a partidos de béisbol o fumar habanos, al igual que recurre a este para que intervenga a su favor ante Molly y Joyce.

Su vestimenta predominan los colores ocursos y consiste en camisas manga larga, pantalones largos, chaquetas gruesas, batas de baño. Con respeto a sus hábitos alimenticios, se le presenta consumiendo alimentos 11 veces, es decir, 0.45 veces por capítulo, en su gran mayoría líquidos como cócteles, cerveza, y café. Por otro lado, en un episodio se alude que como actividad física practica yoga a la que asiste acompañado de Joyce.

Vince es el único personaje con sobrepeso en la sitcom y no emite concepto alguno, de forma verbal o no verbal, sobre su figura. Con respecto a la obesidad, se conoce que su esposa fallecida era una mujer con exceso de peso a la que describe como “pequeña y preciosa bola de mantequilla”. Con respecto a la obesidad de Mike registra 7 expresiones verbales y 2 no verbales sobre la misma. Ej: “Parece uno de esos gigantes manatíes asoleándose en una gran roca”, “quítate un considerable peso de encima”, “si una carga como tú pudo meterse en el sistema…”, entre otras. Con respecto a la obesidad de Molly, no se refiere directamente a esta, sin embargo, para tratarla utiliza expresiones como “chuletita de cordero”, “bola de nieve” y “cara de luna”.

Con respecto a la relación sentimental de Mike y Molly asume una actitud de indiferencia, no se encontró evidencia de expresión verbal o no verbal que apoye o rechace a la misma.

Rosetta “Nana” McMillan. Interpretada por Cleo King, es la abuela de Carl. Estadounidense, afrodescendiente, de complexión física obesa, no se conoce su edad (aunque se llama así misma anciana), estado civil, ni tampoco a que se dedica por lo que se presume es ama de casa o jubilada.

Vive con su nieto Carl con quien mantiene una relación tirante pues no está de acuerdo con algunos de sus comportamientos, no tiene inconveniente en deslucirlo delante de otros y le ha sugerido que busque su propia casa. Es una persona muy religiosa y sus diálogos suelen tener referencias a esto. Su religión es bautista o baptista, y asiste a la Pilgram Baptist Church of South Chicago junto con su nieto, y donde es la voz principal del coro. Con respecto a sus relaciones sentimentales, en una ocasión comenta estar con un corredor de bolsa y posteriormente hace varias referencias a uno de los pastores de su iglesia, el hermano Heywood.

Su vestimenta se caracteriza por colores tierra y uso de estampados tipo cebra y leopardo, sus vestidos son siempre debajo de la rodilla y manga larga. Lleva en el cuello una cadena dorada con un dije de cruz, usa pelucas de cabellos canosos y cortos, y sombreros de colores llamativos, sus zapatos siempre son planos. Con respecto a sus hábitos alimenticios aparece consumiendo alimentos 4 veces, es decir, 0.16 veces y no hay un tipo de comida que predomine. Por otro lado, no se le presenta ni tampoco hay alusión a que realice alguna actividad física como ejercicio ni la realización de dietas.

Evidencia tener una gran estima por Mike, a quien le aconseja y orienta cuando este le comenta las dificultades que atraviesa en ese momento su relación con Molly. De igual forma, también muestra estima por Molly quien recurre a ella buscando ayuda para reconciliar a Mike y Carl.

Con respecto a su obesidad, ella no hace referencias verbales ni no verbales sobre su propio cuerpo ni tampoco sobre la contextura física de Molly. Sin embargo, queda en evidencia que su obesidad le ha generado dificultades para caminar. En un episodio ella aparece usando una moto tipo scooter mientras recorre una tienda departamental haciendo compras. Con respecto a Mike se encontró sólo una expresión verbal y ninguna no verbal sobre la contextura de este: “… ¿y cuáles son las posibilidades de que el rayo golpee este gran establo otra vez?”.

Con respecto a su posición ante la relación de Mike y Molly, la misma es positiva, ya que, como se mencionó, aconseja a Mike cuando tiene dificultades con ella, y ayuda a Molly cuando ésta recurre a ella.

Discusión y conclusiones

En Mike & Molly, al menos en su primera temporada, desfila un elenco conformado por personajes de diferentes contexturas corporales, tres personajes con obesidad (Mike, Molly, Nana), un personaje con sobrepeso (Vince), tres personajes medianos (Carl, Victoria, Peggy) y dos personajes delgados (Joyce y Samuel); además de dos relaciones sentimentales formales, Mike y Molly (ambos obesos), y Joyce y Vince (ella delgada, él con sobrepeso).

Con respecto a que aspecto tiene más peso en la historia, en relación al emisor y al mensaje, se encontraron puntos de encuentro y desencuentro. Por un lado, sus productores dicen que la sitcom es sobre la relación sentimental y no sobre la obesidad, pero en el análisis de contenido aplicado se encontró que en los primeros episodios de la primera temporada son muy frecuentes los chistes sobre la obesidad y pocas referencias a la relación sentimental de los protagonistas (y esto lo reconoce su creador Mark Roberts tal como se citó páginas atrás), sin embargo a medida que avanza la historia, los chistes sobre obesos se hacen menos frecuentes y se incrementan las referencias sobre la relación de los protagonistas (que se detalla más adelante). Lo anterior deja evidente que lo temático en la sitcom es la relación entre Mike y Molly, y la obesidad la que aporta la nota cómica. Esto corrobora lo planteado por Chuck Lorre, uno de sus productores ejecutivos, que tal como se citaba página atrás, afirma que elementos como situaciones adversas y embarazosas, rechazo social, odio a sí mismo, y otros similares, son fuente de inspiración creativa y cómica, y necesarios para que el escritor sepa dónde está lo gracioso.

En el caso de los personajes protagonistas y sus referencias hacia la obesidad y la relación sentimental que sostienen, se encontró que Mike hace 40 referencias verbales y no verbales sobre su obesidad y 102 referencias verbales y no verbales sobre su relación con Molly. Por su parte Molly hace 25 referencias verbales y no verbales sobre su obesidad y 175 referencias verbales y no verbales sobre su relación sentimental con Mike. En total, ellos realizan 65 referencias sobre la obesidad y 277 referencias sobre la relación sentimental que llevan, lo que significa que los protagonistas hacen 4.26 veces más referencias a su relación amorosa que a su complexión física, por lo que se evidencia que en cuanto a ellos, lo que tiene más peso en la sitcom es el tema de su relación y no su peso corporal.

Sin embargo, es también evidente que Mike por cada episodio (de los 24 que conforman la primera temporada) hace casi dos (f=1.6) comentarios sobre su cuerpo, mientras que Molly lo hace al menos una vez (f=1.04). Este hallazgo entra en concordancia con la posición que manifiestan tener los actores protagonistas, Billy Gadell y Melissa McCarthy, en relación al tema de su obesidad, es decir, mientras él es más abierto a hablar o burlarse de su cuerpo, ella es más reservada con respecto al tema.

En lo que respecta a la posición sobre el tema de la obesidad de los restantes siete personajes, Joyce, Victoria, Carl, Samuel, Peggy y Nana, sus expresiones verbales y no verbales suman 78 referencias, lo que significa una f=3.25, es decir, un poco más de tres expresiones de ellos sobre el tema por cada uno de los 24 episodios. También se encontró que Carl (contextura mediana, compañero de trabajo y mejor amigo de Mike); Samuel (delgado, mesero del restaurante), y Joyce (delgada, madre de Molly), son los personajes secundarios que más burlas/comentarios/gestos hacen sobre la obesidad en cada episodio, siendo Mike su principal motivación y receptor.

En total, si se suman todas las referencias verbales y no verbales de todos los nueve personajes protagónicos y secundarios durante toda la primera temporada, resultan 143 referencias. Esto se traduce en una f=5.95, es decir, que por cada episodio, hay casi seis expresiones verbales y no verbales sobre la obesidad.

La obesidad está relacionada con otros aspectos como son el consumo en exceso de comida, la dieta que se lleva (entendida como el tipo de alimentos que se consumen así como el régimen alimentario) y la ausencia de ejercicio o actividad física. Con referencia al consumo de alimentos y dieta por parte de los protagonistas se encontró que Mike lo hace en 58 ocasiones (f=2.41) mientras que Molly 52 (f=2.16). Esto significa que cada uno aparece un poco más de dos veces por episodio en escenas relacionadas con comidas (sean visuales o diálogos, sólidos y líquidos). Entre los dos, la f=4.58 es decir, en total por episodio, los protagonistas aparecen en este tipo de escenas casi cinco veces. Teniendo en cuenta que se reconocen como comedores compulsivos y que manifiestan seguir una dieta, el consumo de comida de ambos por episodio se puede considerar alto, aunque no significa que todo sea comida rica en azúcares y grasas, también hacen presencia alimentos más sanos y bebidas. Molly es la que menos consume comida chatarra. Con respecto al ejercicio físico la evidencia del mismo es muy escasa en los personajes protagónicos. En el caso de Molly se le ve una vez en una máquina elíptica y dice hacer aeróbicos, mientras que Mike dice hacer treinta minutos en bicicleta tres veces por semana.

En cuanto a los sietes personajes secundarios, se les presenta en escenas de comida (visuales o diálogos, sólidos y líquidos) un total de 129 veces (f=5.37), es decir al menos cinco veces por episodio durante la temporada. Carl es el personaje que más alimentos calóricos consume, mientras que Peggy y Samuel los que menos. De otro lado, Joyce y Victoria son quienes más consumen líquidos, especialmente vino. No hay referencia de que ninguno de estos, incluyendo a Nana quien es el tercer personaje obeso, realice algún tipo de dieta. En lo relacionado al ejercicio físico, en los secundarios son también escasas las referencias. Peggy dice sacar a pasear a su perro Jim, y Joyce y Vince dicen asistir a sesiones de yoga.

Los anteriores aspectos muestran que la sitcom da peso a actividades como el muy frecuente y desbalanceado consumo de alimentos (sólidos y líquidos, más calóricos que no calóricos, más vino que agua o jugos), y resta a actividades saludables como la práctica de una actividad física. Lo anterior podría tener un impacto negativo dadas las altas estadísticas de obesidad y sobrepeso en Estados Unidos y México citadas páginas atrás, sin embargo, sería necesario la realización de un estudio de recepción para profundizar en este aspecto.

Con respecto a la relación sentimental entre los protagonistas, se anotaba párrafos atrás que los mismos daban prelación a esta, con sus diálogos y acciones, que a la obesidad. En el caso de los sietes personajes secundarios se encontraron tres posiciones frente a los mismos pero ninguna de estas relacionadas con la obesidad sino con otros factores. Posiciones positivas en Nana (quien aconseja permanentemente a Mike sobre cómo llevar la relación), Carl (quien lo anima, aunque demuestra celos), y Joyce (quien aconseja a su hija Molly y manifiesta estar contenta por tener un hombre en casa). Posiciones neutrales en Victoria y Vince, y posición negativa en Peggy (por sobreprotección al querer evitarle a Mike una nueva desilusión amorosa).

Realizando una rápida comparación entre Mike & Molly y las otras sitcom vigentes de la factoría Lorre, Two and a Half Men y The Big Bang Theory, llama la atención que mientras The Big Bang Theory se ambienta en Pasadena, California y Two and a Half Men en Malibu, California, ambas ciudades mostradas casi permanentemente en la estación de verano, y en donde sus protagonistas son de contextura media y delgada, y algunos suelen llevar ropa que enseña piel y aparecer medio desnudos o insinuarse sus desnudos completos en escenas de cama principalmente, Mike & Molly se ambienta en una ciudad al norte que es mostrada casi permanentemente en la estación de invierno (nieve y viento), y en donde sus protagonistas obesos aparecen casi siempre vestidos con ropas que les cubren por completo (desde los tobillos hasta las muñecas), incluso en las escenas de cama en donde no se insinúan desnudos. De igual forma, las manifestaciones físicas de afecto y evidencia de relaciones íntimas de sus protagonistas suelen ser más abiertas en las otras sitcom mencionadas de Lorre que en Mike & Molly, donde por ejemplo, algunas veces al besarse, sus protagonistas se tapan el rostro con las manos, dan la espalda a la cámara o los cubre la capucha del abrigo que llevan puesto, así como nunca se referencia cuando han finalizado una relación íntima, aunque sí mencionan en varias oportunidades que llevan una vida sexual activa. Queda en evidencia que hay un tratamiento diferencial entre estas y Mike & Molly, el cual está dado por la obesidad de los protagonistas.

Aterrizando los hallazgos en lo relacionado con las investigaciones sobre la obesidad, el sobrepeso y las relaciones sentimentales en Estados Unidos y México, es decir una comparación entre la ficción televisiva y la realidad, se encontraron igualmente puntos en común y en desacuerdo. Estudios indican que las mujeres, independientemente de su complexión física, son más propensas a sentirse atraídas por personas con sobrepeso que los hombres mismos (Puhl y Heuer, 2009; Chen y Brown, 2005; Sobal y Bursztyn, 1998 – en Beck, 2011-, Lang, 1997), De esta manera, las féminas con sobrepeso u obesidad tienden a tener mayores dificultades para entablar una relación que los varones de la misma complexión. En el caso de la sitcom lo anterior se evidencia en Molly y Joyce, más no en Mike, además que deja entrever que Molly tuvo menos dificultades para entablar otras relaciones previas que Mike.

Los estudios realizados por Sheets y Ajmere (citados en Puhl y Heuer, 2009), dicen que las mujeres con sobrepeso son menos propensas a tener citas que las delgadas y que la complexión física se encuentra negativamente correlacionada con la satisfacción dentro de una relación. Además, se encontró que las féminas cuyas parejas les han pedido que disminuyan de peso, presentan una menor satisfacción con sus relaciones. En el caso de la sitcom, la primera parte se evidencia en Victoria que tiene muchas más citas que Molly quien afirma han pasado 18 meses desde su última relación previa Mike. La segunda parte de la afirmación no sucede en el caso de Mike y Molly pero sí en la relación de Vince y Joyce, donde ella es quien le pide perder peso y hacerse una cirugía plástica en la papada, sin embargo, no se evidencia que esto impacte negativamente en su relación.

Los estudios de Sobal, Rauschenback y Frongillo (citados en Beck, 2011) señalan que dentro de un matrimonio, los esposos obesos se inclinan a ser menos felices con sus relaciones que otros hombres, mientras que las cónyuges tienden a ser más felices con sus matrimonios que otras mujeres. En el caso de la sitcom se evidencia en Mike y Molly una relación feliz, saludable y activa sexualmente en una pareja de personas obesas comprometidas en matrimonio, de igual forma una relación similar sostienen Vince y Joyce. Se puede extraer que se presenta de esta forma debido al género televisivo del show, que al ser una sitcom, necesita situaciones cómicas, donde los problemas sean ligeros y de fácil resolución, para así cumplir con su objetivo de entretener al público.

Por otro lado, Sobal y Devine (citados en Lang, 1997) indican que “En este país (Estados Unidos), mientras mayor sea el estatus socioeconómico de un individuo, menor es la complexión física que se espera del mismo”, esto se evidencia en la sitcom en todos los personajes, ya que al ser de la clase media trabajadora, como lo afirma la actriz Melissa McCarthy (Molly), puede esperarse que sean delgados, medianos, con sobrepeso y obesos.

Siguiendo por la línea de las palabras de McCarthy que mostraba su acuerdo por mostrar en la sitcom gente de la clase media trabajadora, ya que Hollywood tiende a ser despistado sobre la gente común, entra en consonancia con lo afirmado por el creador de la sitcom, Mark Roberts quien dice que en estos programas suelen presentarse a los personajes en trabajos ficticios cuyos salarios no serían suficientes para habitar en las viviendas que viven y el estilo de vida que tienen. Ante esto cabría la pregunta si los salarios de una maestra de escuela de primaria, de una maquilladora de servicios funerarios y de una posible ama de casa con una posible pensión son suficientes para mantener el estilo de vida que se muestra en la sitcom, y que de paso se extendería al resto de personajes.

Retomando nuevamente, en el caso de los estudios sobre obesidad y sobrepeso en México, “Enciende la luz” hecho por la farmacéutica Roche en el 2008, encontró que la obesidad y el sobrepeso han afectado los vínculos amorosos de los entrevistados en un 95%, así como su vida sexual en un 80%. Asimismo, la investigación indicó que 44.3% de los pacientes con sobrepeso u obesidad no les gusta su cuerpo, a 16% le da vergüenza mostrarlo, mientras que 14.5% no se siente deseado a la hora de hacer el amor con su pareja. De igual modo, el estudio indicó que los pacientes no sólo se enfrentan a problemas físicos sino también a dificultades emocionales, y una muestra de ello es que el 79% de los mismos señalaron sentirse inseguros por su imagen al momento de tener relaciones sexuales, por lo que prefieren hacer el amor con la luz apagada. En el caso de la sitcom se evidencian varios aspectos, por un lado Mike experimenta vergüenza por su cuerpo por lo que no quiere acceder inicialmente a tener relaciones íntimas con Molly, en el caso de ella, no hay inhibiciones siendo que es ella quien toma la iniciativa de tener el primer encuentro sexual y de enfurecerse al no lograrlo en el primer intento al punto que lleva a decirle a su familia que no quiere perder el tiempo y a él que no lo quiere volver a ver. Posteriormente cuando Mike accede y le da sus razones, Molly le responde que ella no es perfecta.

En el caso del estudio “La obesidad, un problema de salud y su influencia en las relaciones de pareja” de Benítez et al., realizado en el 2009 en Tepic, Nayarit los hallazgos sugirieron que las féminas que presentaban sobrepeso u obesidad, tenían una percepción de su imagen corporal alterada, que influía de manera negativa en su relación de pareja, interacción social y temores. En el caso de la sitcom esto no se evidencia esto en el personaje de Molly ni en el personaje de Nana, ni tampoco las consecuencias de la misma.

Aterrizando los hallazgos en lo relacionado con las investigaciones sobre la representación de la obesidad, el sobrepeso y las relaciones sentimentales en la televisión estadounidense, Martín (2002) comenta que en la publicidad y en diversos programas televisivos, como los de ficción, las personas obesas o excesivamente delgadas se muestran como fracasadas. Esto diverge de lo hallado en Mike & Molly, pues ambos personajes protagonistas, obesos, tienen un empleo estable y se encuentran en una relación amorosa satisfactoria, factores que, sobre todo el último, son considerados como de personas exitosas. Esto podría significar un nuevo enfoque hacia los personajes con estas características en calidad de protagónico.

En el estudio elaborado por Jain y Tirodkar (citados en Greenberg et al., 2003), encontraron que el 27% de los personajes en cuatro series de comedia transmitidas en 1999 en Estados Unidos eran obesos, lo que sugería que dichos arquetipos de personajes eran los que más se encontraban protagonizando series de comedia. En el caso de Mike & Molly representa un claro ejemplo de las sitcom referidas, lo que da a entender que la tendencia detectada en el estudio aún está vigente, tanto en personajes protagónicos como en secundarios.

Este hecho se vincula también con lo expuesto por Greenberg et al. (2003) en su estudio de diez series de ficción transmitidas en las seis empresas televisivas de mayor cobertura en los Estados Unidos – ABC, CBS, FOX, NBC, UPN y WB-, cuyos resultados mostraron que en las sitcom, tal como lo es Mike & Molly, predominaron los personajes con cuerpo grande. Sin embargo, el mismo estudio citado indicó que los personajes de cuerpo grande tenían pocas interacciones románticas y positivas con el resto del elenco, lo cual se contrapone en el caso de Mike & Molly, pues evidencian una relación amorosa satisfactoria en pantalla y con vida sexual activa, y una interacción permanente con el resto del elenco, cuyas manifestaciones de estos hacia ellos son más por su obesidad que por su relación sentimental.

Molly es una mujer obesa que evidencia gozar de tener novio y una vida sexual activa (aunque también se evidencia que ha tenido en el pasado dificultades en este aspecto). Ambas cuestiones son consideradas como de féminas atractivas, lo cual se contrapone a lo expuesto por Fouts, Burggraf y Grenberg et al. (citados en Barriga et al., 2009), quienes indican que las mujeres de cuerpo grande son presentadas en la televisión como menos atractivas y con pocas posibilidades de vivir relaciones románticas. De esta manera, se rompe el estigma de que las mujeres pasadas de peso no pueden tener una relación amorosa y una vida sexual activa.

Por su parte, White, Brown y Ginsburg; y Greenberg et al. (citados en Pulh y Heuer, 2009), afirman que, en comparación con los personajes livianos en televisión, los personajes pesados rara vez son presentados en relaciones amorosas y, por el contrario, son más propensos a ser objeto de humor y ridículo y a menudo participan en comportamientos de alimentación estereotipados. En el caso de Mike & Molly, ambos evidencia mantener una relación amorosa pero continúan siendo objeto de humor y ridículo por cuenta propia y de los demás personajes. Como se detallaba en los hallazgos, constantemente son objetos de bromas, sarcasmos y gestos que ellos mismos expresan u otros integrantes del resto del elenco, debido a su obesidad, los cuales son reforzados por las risas de la audiencia (o risas enlatadas/pregrabadas). También se les muestra en comportamientos de alimentación estereotipados, pues sus frecuencias de consumo alimenticio fueron altas, tal como se comentaba páginas atrás. En una escena se puede ver a Mike comiendo desesperadamente el pastel de cumpleaños de Molly a causa de los celos, o en otra se puede ver a Mike y Molly sentados en una mesa sorbiendo con un popote el relleno del pastel de cumpleaños de Victoria.

En un estudio realizado por Fouts y Burgraff (citados en Pulh y Heuer, 2009) sobre las sitcom se encontró que los personajes femeninos con peso bajo y normal recibieron significativamente más expresiones verbales positivas sobre sus cuerpos que los personajes femeninos con sobrepeso y obesos. En el caso del presente análisis, Molly no recibe halagos o comentarios positivos por su cuerpo. Por parte de su madre Joyce, recibe comentarios con intención de justificar el porqué de su obesidad y del prometido de esta, Vince, a hacer de forma indirecta alegorías a su figura llamándola “bola de nieve”, “chuletita de cordero” o “cara de luna”. En el caso de su hermana Victoria, cuya contextura es mediana, se encontraron halagos sobre su figura hechos por Carl y Samuel, y de forma indirecta, Vince.

Finalmente, el impacto de la sitcom Mike & Molly y la presentación de dos personajes protagónicos obesos podría tener dos interpretaciones diferentes en el público. Por un lado mostraría como normal el hecho de que haya personas obesas y con sobrepeso en su contexto diario por lo que estos programas con este tipo de protagonistas ayudarían a mejorar la aceptación social de las personas obesas y con sobrepeso por parte de quienes no lo son. O por otro lado, estos programas con este tipo de protagonistas incrementarían la estigmatización hacia las personas con obesidad y sobrepeso dado que estas características son usadas para generar los chistes y las bromas, las cuales son reforzadas con las risas enlatadas, que hacen divertida la sitcom.

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  1. Un analisis muy completo y muy interesante ciertamente, viendolo desde el punto de vista de la relación de nuestra sociedad ante el tema del sobrepeso. Melissa Mccarthy es una gran actriz de comedia y se ha destacado no sólo por su talento, sino claramente por esto, ser una actriz de sobrepeso. He ahí uno de los temas que causó más revuelo cuando se estreno Ghostbusters (si aún no la han visto les comparto los horarios acá http://co.hbomax.tv/movie/TTL603389/Cazafantasmas) , debido a que precisamente no era una actriz 90 60 90 interpretando el papel protagonico de uno de los grandes clásico de los 80’s y que fueran una gran controversia desde que fuera mujer y el factor de su peso. Creo que no terminariamos de analizar todas las implicaciones que esto tiene y lo que dice de nosotros como sociedad actual.

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