La publicación es uno de los pilares en la labor investigativa de los académicos. Todos los que nos desenvolvemos en este ámbito sabemos que publicar los resultados de nuestras investigaciones es un imperativo, que desde mi perspectiva, va mucho más allá del índice de citación, es el compromiso con la libre circulación del conocimiento.
Tradicionalmente las investigaciones tienen tres formas de publicarse. La primera, en un paper o artículo académico que sometemos a una revista académica y que tras una evaluación por pares ciegos, se decide si se publica o no. La segunda, la presentación de una ponencia o comunicación en un congreso, previo abstract aprobado, que implica una presentación en Power Point (o Prezi) y el respectivo paper que posteriormente es publicado en las memorias del mismo. La tercera, cuando te comunican que se editará un libro temático y te piden colaboración con un paper o un capítulo entorno al mismo.
Sin embargo, ¿qué sucede con la labor de divulgación de todo este material publicado? Hoy en día no es suficiente que esté en el catálogo de la biblioteca, en las bases de datos electrónicas o que la compartamos con los colegas en un evento. El advenimiento de la Web 2.0 ha puesto en nuestras manos también la oportunidad de hacer una labor propia de divulgación de nuestra producción intelectual y facilitar así que sea encontrada en la Web a través de los motores de búsqueda generales y especializados.
Se trata de desarrollar una sencilla estrategia en la web que combina tres aspectos:
1. Republicar en la Web lo publicado: Existen servicios destinados a la divulgación de producción académica. Específicos como Academia.edu y ResearchGate, también generales como un blog personal (propio o en WordPress) y servicios como Scribd o Issuu. En cada uno de estos podemos subir el pdf de nuestro paper o ponencia una vez haya salido en la revista, memoria o libro. El ppt de una presentación lo podemos subir a SlideShare o Prezi. Naturalmente, en cada uno de estos servicios es imprescindible que coloquemos la identificación del contenido y una biografía básica de nosotros.
2. Social Media: una vez ejecutado el punto anterior, pasamos a enlazarlos desde nuestros perfiles de Twitter, Facebook, LinkedIn, Google Plus y en las otras redes sociales en que estemos. La biografía de estos desde luego debe contar con algunos de nuestros datos académicos. La publicación, como mínimo, debe contener el nombre del paper y la respectiva url donde esté publicado. Asegurémonos que sea un post público, que todo el mundo lo pueda acceder y que por lo tanto, los buscadores lo puedan encontrar, así como también acompañarlos con los hashtags o etiquetas que consideremos se relacionan con este. Si sucede algún acontecimiento o noticia que se conecte con nuestro paper, podemos aprovechar también ese momento para hacer otra publicación recordándolo.
3. Perfiles especializados: hay servicios especializados en indexar la trayectoria de publicaciones de un académico, algunos automáticos otros manuales. Está Google Scholar Citations, en el cual podemos abrir un perfil asociado a nuestra cuenta Google y administrar las publicaciones que nos agrega, así como tener una idea cercana de quienes las están citando. Otros son los sistemas de ciencia y tecnología de nuestros respectivos países, me refiero a CvLAC de Colciencias en Colombia, CVU del Conacyt en México, el CVN del CSIC en España, y así.
Desde luego estos tres aspectos son complementarios. Es decir, colocar nuestro usuario de Twitter en nuestro espacio en Academia.edu; nuestro correo electrónico institucional en el perfil en Google Scholar Citations; el enlace al texto completo subido en ResearchGate desde el ppt de una ponencia subida a SlideShare, etc.
En esta infografía de Gabriel Pérez Salazar de la Universidad Autónoma de Coahuila se ilustra lo anterior:
Un caso de ejemplo de lo descrito. Este paper se publicó originalmente en una revista académica, Google Scholar Citations recogió el enlace de publicación en la revista donde le añadí información complementaria y me muestra que otras investigaciones lo han citado. De igual forma, republiqué el paper en mi blog, en la lista de artículos en mi blog, en Academia.edu y en Scribd; luego en Twitter, Facebook y LinkedIn publiqué el enlace. Años después lo recordé en Twitter publicando un tuit usando etiquetas y a partir de un evento al que asistí que se le relacionaba, lo “desempolvé” publicando un nuevo tuit usando menciones.
Con un poco de dedicación para aprender a manejar cada una de estas herramientas y posteriormente mantener actualizada la información, podemos contribuir a la divulgación y por lo tanto, incremento de la visibilidad de nuestra producción académica. Así facilitamos también la labor a nuestros colegas y estudiantes que buscan material relacionado con los temas que investigamos e incluso, el ciudadano común que desee informarse sobre los mismos.
¡Bien, manos a la obra!
En consonancia con tu artículo, recomiendo la lectura de este: Cómo identificar una revista adecuada para su estudio, en http://www.scidev.net/america-latina/publicacion/guia-practica/como-identificar-una-revista-adecuada-para-su-estudio.html